Previsiones económicas y políticas para el Año Nuevo

La ‘podemitis’ restará en 2015 a España hasta 1 punto al avance del PIB y al empleo

La fortaleza o debilidad de la economía española estará ligada de modo crucial a la política, que será lo que inclinará la balanza del lado de la firme recuperación o lo que le restará vigor

La 'podemitis' restará en 2015 a España hasta 1 punto al avance del PIB y al empleo
Pablo Iglesias, líder de Podemos. PD

Freemarket cree que la incertidumbre de Podemos y Cataluña es el riesgo de 2015

La fortaleza o debilidad de la economía española en 2015 estará ligada de modo crucial a la política, que será lo que inclinará la balanza del lado de la firme recuperación o lo que le restará vigor.

Ese es el principal diagnóstico que realiza la consultora Freemarket, presidida por Lorenzo Bernaldo de Quirós, en su último informe de perspectivas económicas, donde incluso pone cifras al coste de una posible inestabilidad política.

Según estima, detraería en torno a un punto de avance al Producto Interior Bruto (desde el 2,5% plausible hoy a tan sólo el 1,5% del PIB) y rebajaría en un 0,7% la creación de puestos de trabajo equivalentes a tiempo completo.

Como explica Pepa Montero en ‘El Economista’, todos los expertos y analistas, tanto nacionales como internacionales, coinciden en que España necesita un Gobierno estable para proseguir la senda reformista, y de ahí que la falta de certezas sobre Podemos, el desafío soberanista de Cataluña, la desconfianza ciudadana en las instituciones y la corrupción sean los principales riesgos para consolidar el despegue económico en 2015.

Esos serán, según vaticina Freemarket, los factores que decidirán el resultado de las elecciones generales, autonómicas y municipales el año próximo.

Fuentes de incertidumbre

En cuanto al soberanismo catalán, auspiciado por el president Artur Mas, corre el peligro de volverse un problema crónico, con todo lo que implica el enquistamiento de un conflicto en un territorio nacional «que supone el 25% del PIB del país y cuyos visos de solventarse en un espacio temporal cercano equivaldría a formular un pronóstico aventurado y, en cualquier caso, poco prudente», advierte el mencionado informe

Respecto a la materialización de la amenaza para la estabilidad que supone Podemos, liderado por Pablo Iglesias, los expertos de Freemarket puntualizan que ni siquiera hace falta que este partido antisistema gane las elecciones, «basta con que se considere que tiene serias posibilidades de convertirse en un jugador decisivo en la configuración del equilibrio nacional de fuerzas políticas».

Ello, por sí solo, puede provocar que los mercados internacionales y los inversores naciones pongan en duda la existencia de un Gobierno Central con una mayoría parlamentaria sólida, comprometido con la ortodoxia fiscal y con las reformas estructurales que demanda la Unión Europea.

Cuestión de confianza

Tal y como recuerda Freemarket, que preside el economista Lorenzo Bernaldo de Quirós, perder la confianza de los mercados es muy fácil, y de hecho los extranjeros son los primeros en retraer su inversión -ya sea directa o en cartera- y se apresuran a sacar sus capitales de un país en cuanto otean riesgos para su inversión o sobre la solvencia del soberano.

«La reacción adversa del capital foráneo es más rápida que la del nacional porque tiene una mayor movilidad», asegura el informe de Freemarket, que proporciona datos para apuntalar el alto coste de una deriva política si ésta daña la confianza. Por ejemplo, en 2012 salieron de España 180.000 millones de euros en sólo tres días.

Mercado de trabajo, sistema bancario y reforma energética son los tres campos en los cuales las reformas emprendidas por el Gobierno de Mariano Rajoy han dado frutos en forma de auténticas mejoras, aseguran los expertos.

Según Freemarket, por ejemplo, uno de los resultados visibles de la reforma laboral es que ha reducido desde el 2,5 al 1,2% el umbral de crecimiento del PIB con el que es posible crear empleo, además de disminuir la capacidad de destruir puestos de trabajo con unas tasas de crecimiento del 0,5% del Producto Interior Bruto.

Además, la reestructuración bancaria -incluida la desaparición de las cajas de ahorros- ha saneado un mecanismo de medios de pago que se hallaba en una posición límite, lo que, junto a la Ley de Unidad de Mercado, son las iniciativas de mayor calado acometidas por el Gabinete de Mariano Rajoy en sus primeros tres años de mandato.

¿Y el empleo?

Lograr que el empleo crezca, de manera estable y sostenida, es una de las principales asignaturas pendientes para que la salida de la crisis en 2013 y la recuperación de 2014 no se malogren en 2015. Y es que el paro alcanza todavía niveles intolerables, mientras el crédito a hogares y empresas aún no fluye con vigor.

El informe de Freemarket es contundente: durante 23 trimestres, España lideró el proceso de destrucción de puestos de trabajo de todos los países industrializados. Tras tocar techo en el 27 por ciento de la población activa, el paro afecta hoy al 23,7 por ciento; es decir, en un año ha caído más de tres puntos.

Pero existen dos grandes puntos negros: el insostenible desempleo juvenil -en tasas del 48 por ciento- y el de mayores y de larga duración -en récords del 43,2 por ciento-, que no se benefician de la mejoría.

Por lo que se refiere al crédito, los analistas reconocen que el estrangulamiento ha mejorado de manera relativa, pero no suficiente para esperar un vigoroso crecimiento de los préstamos a las economías domésticas y a las empresas que impulse la actividad con intensidad. En suma, la ralentización de los flujos crediticios es un obstáculo.

Lo han vaticinado desde el Banco de España a Funcas, pasando por el Instituto de Estudios Económicos: el crecimiento español en 2015 se sustentará sobre la demanda interna y la inversión exterior.

Freemarket añade que ello sucederá en un entorno de ajuste incompleto de los desequilibrios privados y públicos, con unas elevadas cifras de déficit y deuda. Eso hace que España sea muy vulnerable a cualquier cambio adverso en el sentimiento de los mercados y agentes domésticos.

Por tanto, la variable clave es el mantenimiento de la confianza. Familias, empresas e inversores apuestan por la consolidación del ciclo alcista sobre la base de que el Gobierno que emerja de las elecciones generales afrontará los ajustes y reformas pendientes. Si no es así, el crecimiento previsto zozobrará.

 

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