Simadi operará a través de las casas de cambios, las casas de bolsa y la banca privada y pública
El Gobierno de Nicolás Maduro ha informado de una histórica decisión, una nueva tasa de cambio de divisas conocida como el Sistema Marginal de Divisas (Simadi), que libera el mercado cambiario, que a partir de ahora se regirá por la ley de la oferta y la demanda, lo que algunos llaman el ‘dólar libre’, aunque será oficialmente decretada este miércoles.
El nuevo sistema de divisas ha sido anunciado por el ministro de Economía, Rodolfo Marco Torres, y el presidente del Banco Central de Venezuela, Nelson Merentes. A pesar de la denominación, lo cierto es que el nuevo esquema seguirá siendo híbrido, aunque al introducir una tasa de ‘dólar libre’, supone un cambio notable en un país en el que la única forma de comprar divisas hasta ahora era a través de las entidades del Estado.
El país contará ahora con tres tasas, que empezarán a regir esta semana. La primera es una tasa que ya estaba establecida, conocida como Cencoex, y que mantiene la asignación para importaciones prioritarias (alimentos, medicinas y materias primas de esos sectores) a 6,3 bolívares por cada dólar.
El segundo mecanismo cambiario de subastas, Sicad, estará establecido en 12 bolívares por dólar y funcionará de forma complementaria para asignar dólares a las empresas importadoras y viajeros, según ha publicado BBC.
El más novedoso es el tercer mecanismo, Simadi, que permitirá la venta y compra de divisas en casas de cambio a una tasa fijada por el mercado, algo que no había sucedido hasta ahora en Venezuela, ya que es una característica propia de economías de libre mercado. Esta nueva medida pretende reducir la incidencia del mercado negro de divisas en Venezuela, que actualmente es 28 veces más alta que la tasa Cencoex.
Simadi operará a través de las casas de cambios, las casas de bolsa y la banca privada y pública. La tasa será fijada por la libre oferta y demanda de los participantes en el mercado, que podrán ser personas jurídicas y naturales que tengan cuentas en dólares en los bancos venezolanos. En los bancos se podrán comprar hasta 300 bolívares diarios, pero ni Torres ni Merentes han aventurado a cuánto podría fijarse esta tasa.
Relajación de los controles
El control cambiario en Venezuela fue implantado hace 12 años para evitar la fuga de capitales. Aunque es considerado por críticos del Gobierno como una fuente de escasez, corrupción y distorsiones, el ejecutivo lo defiende como una forma de proteger a los sectores más pobres.
La economía venezolana, que entró en recesión el año pasado, pasa por una de las peores crisis en décadas, con una inflación del 60% en 2014, un déficit fiscal del 15% y escasez de productos básicos.
El nuevo esquema cambiario busca aliviar esas presiones, ya que el Gobierno espera que contenga la inflación, reduciendo los astronómicos precios del mercado, al permitir a través de una de las tasas cambiarias que el mercado se autorregule.
Con Simadi los precios se devaluarán, pero el Gobierno espera no dar un golpe muy fuerte a la población más pobre, por lo que mantendrá la tasa Cencoex, a 6,3 bolívares.
De funcionar Simadi como espera el ejecutivo, Venezuela entraría en una devaluación de precios, una situación que es poco deseable habitualmente, pero que para el país latinoamericano -con una inflación que podría llegar al 115% en 2015, según la agencia de calificación crediticia S&P-, sería lo ideal.
Aún no está claro que se logre esta devaluación de precios, ya que de momento Venezuela está viviendo una situación de alza generalizada de todos los precios, menos el del petróleo, que está en su mínimo histórico, lo que empeora aún más la economía del país, al tratarse del producto que más exporta.
