La mitad del déficit que acumula España es estructural.
La advertencia la hizo este 15 de septiembre de 2016 el presidente de la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF) José Luis Escrivá, quien situó ese agujero permanente de las cuentas públicas en el 2,5% del PIB -y nuestro país despidió el año pasado con un desequilibrio del 5%-.
El organismo fiscalizador constató que esto es así pese a que el país tiene que hacer frente a unos costes de financiación más bajos y a pesar, también, de que la economía se ha ido recuperando. Un 1,5% de ese desequilibrio perenne corresponde a la Seguridad Social.
En medio del actual periodo de incertidumbre política, el presidente de la AIReF resaltó que el país «necesita un plan presupuestario a medio plazo realista y creíble para afianzar la sostenibilidad de las cuentas públicas». Durante su intervención en una ponencia sobre los restos fiscales de España, organizada por el Colegio de Economistas de Madrid, Escrivá incidió en que la sostenibilidad de las finanzas públicas españolas debe ser una de las anclas de la política económica.
Al mismo tiempo que reconoció el importante esfuerzo de consolidación fiscal que han venido acometiendo las Administraciones Públicas, Escrivá hizo hincapié en que desde el año 2014 se ha venido observando una cierta fatiga en ese proceso, de tal modo que la política fiscal ha pasado a tener una orientación más expansiva, en medio de un contexto en que la deuda pública no ha dejado de crecer y se sitúa ya en máximos históricos.
El principal problema que tiene nuestro país es que los incumplimientos sistemáticos de los objetivos fiscales han endurecido el marco fiscal europeo. Esto implica un riesgo evidente de que España siga escalando en el procedimiento de déficit excesivo en los próximos meses, «con sanciones financieras incluidas» remarcó.
José Luis Escrivá hizo énfasis, además, en las incertidumbres que planean sobre nuestro proceso de consolidación a corto plazo, y que en buena parte provienen del proceso de parálisis política que atravesamos. Estas incertidumbres serían la ausencia de objetivos de déficit para 2016, la falta de un proyecto de Presupuestos Generales del Estado para el próximo año, la distorsión de los procesos presupuestarios de las autonomías, así como la suspensión de la aplicación de la Ley Orgánica de Estabilidad Presupuestaria.
El responsable de la AIReF puso sobre la mesa otros retos a nivel fiscal, tales como reformar, tras cuatro años de vigencia, la propia ley de Estabilidad, aumentar la cultura de la transparencia, orientar más a medio plazo en el diseño y ejecución de la política presupuestaria y fiscal, así como incrementar la corresponsabilidad fiscal en el conjunto de los niveles de gobierno.
Escrivá apuntó que es necesaria una reforma normativa que mejore el marco de disciplina presupuestaria y las reglas fiscales.
«A la vez, hay que propiciar el desarrollo de la corresponsabilidad fiscal de los distintos niveles de gobierno para lograr la estabilidad presupuestaria, incluyendo una mejora del Consejo de Política Fiscal».