La presidenta de la Reserva Federal, Janet Yellen, participó el lunes en un acto organizado por la Escuela Gerald R. Ford de Políticas Públicas, parte de la Universidad de Michigan. La presidenta del banco central estadounidense, que ha respondido a algunas de las preguntas planteadas por el público, aseguró que la economía de Estados Unidos es «bastante saludable» en estos momentos.
«Pensamos que es apropiado subir los tipos de interés hacia un nivel más neutro si la economía continúa así», señaló la máxima funcionaria de la Fed, quien incidió en que el punto neutral que baraja el banco central «no es realmente tan elevado» como muchos piensan. Dicho esto, Yellen reconoció que, aunque está cerca, la inflación en EEUU todavía opera por debajo de su objetivo del 2%.
A día de hoy está previsto que la Fed suba tipos en al menos dos ocasiones más este año. El próximo incremento de 25 puntos básicos debería llegar en la reunión del próximo mes de junio mientras que los expertos difieren en determinar si después de dicho incremento, la consecuente subida se producirá en septiembre o diciembre. Todo ello dependerá de los planes del banco central de EEUU de comenzar a reducir su balance.
Dicho esto, en estos momentos parece que no existe una gran preocupación sobre posibles presiones en los precios pero esta economista dejó claro que tanto ella como el resto de los integrantes del Comité Federal de Mercados Abiertos (FOMC), el órgano encargado de dictar la política monetaria en el país, no quieren que la inflación «se mantenga justo por debajo del 2%»
La guardiana que vela por mantener en cintura la inflación y lograr el pleno empleo consideró que la economía de EEUU seguirá creciendo «a un ritmo moderado» a medida que el consumidor «ayuda» al crecimiento y el sector inmobiliario «es algo más saludable» que en el pasado. Según sus palabras, la Fed está «cerca» de alcanzar su doble mandato, con una inflación estable en el 2% y un mercado laboral que alcanza su máximo potencial. Al hacer referencia a la tasa de paro del mes de marzo, que se situó en el 4,5%, su nivel más bajo en casi una década, Yellen explicó que espera que esta situación acabe por impulsar la inflación.
De acuerdo a las proyecciones citadas por Yellen, el crecimiento potencial de la economía de EEUU se sitúa actualmente por debajo del 2%, una cifra que en el pasado era aceptable pero que realmente no ofrece demasiado margen de maniobra, ya que no se aleja demasiado de una posible contracción. Yellen enumeró una lista de acciones que el gobierno federal puede llevar a cabo para intentar elevar el crecimiento potencial del país sin embargo omite la posibilidad de implantar recortes de impuestos, como propone el presidente estadounidense Donald Trump.
«El hecho de que podamos crear tantos empleos en una economía que crece al 2% es una señal de la baja productividad», indicó.
La presidenta de la Fed echó la vista atrás al reconocer que las retribuciones «distorsionadas» del sistema financiero «contribuyeron a la crisis», en referencia a la debacle subprime que desató la pero recesión económica desde la Gran Depresión. Aún así, Yellen insistió en que el sistema financiero y su estabilidad «es esencial para la economía». En este sentido, Yellen manifestó que el sistema bancario «es mucho más seguro» en estos momentos gracias a las pruebas de esfuerzo que la institución que dirige realiza anualmente a las grandes entidades financieras del país.
Además, Yellen defendió la compra de bonos y activos hipotecarios por parte de la Fed durante la resaca dejada por la crisis financiera. Estas compras redujeron los tipos de interés a largo plazo «de forma significativa», ayudando así a combatir un posible escenario deflacionista.
Las actas de la última reunión de política monetaria de la Reserva Federal, celebrada el pasado 14 y 15 de marzo, ofrecieron algunos detalles jugosos sobre los planes que barajan los miembros del FOMC. Durante dicho encuentro, cuando la presidenta de la Fed y el resto de los nueve miembros del Comité aprobaron la tercera subida de tipos en casi una década, los principales funcionarios del banco central estadounidense comenzaron a barajar fechas tentativas para poner a régimen a su orondo balance, que recordemos se sitúa en los 4,5 billones de dólares.
Según el estado de sus cuentas, el pasado mes el balance de la Reserva Federal ascendía hasta los 4,46 billones de dólares, de los cuales 2,4 billones correspondían a activos de deuda, como bonos del Tesoro y cerca de 1,7 billones de dólares a activos respaldado por hipotecas. Aún así, los detalles sobre cómo se desarrollará este proceso siguen siendo escasos, por no decir nulos, dada la discordancia entre los propios miembros del Comité.
Por otro lado, la presidenta de la Reserva Federal puso de manifiesto que los esfuerzos republicanos por intentar auditar al banco central estadounidense acabaría con la independencia que caracteriza a su institución. Sin embargo, la dimisión de Jeffrey Lacker, el presidente de la Fed de Richmond, la semana pasada por haber filtrado información privilegiada sobre decisiones de política monetaria a un analista de Medley Global Advisors en 2012, avivan las iniciativas de los legisladores republicanos que exigen que el banco central de EEUU debe ser auditado.
A modo de anécdota, la presidenta de la Fed contestó a una pregunta sobre su vida personal. Yellen dijo que normalmente intenta dormir lo suficiente todas las noches, que le gusta cocinar pero también comer fuera así como pasar tiempo con su marido, el también economista, George Akerlof. Obviamente, la funcionarial del banco central expresó su pasión por la economía y animó a los estudiantes allí presentes a encontrar algo por lo que estén realmente interesados. Según su punto de vista, su carrera hubiera sido apasionante, incluso si no hubiese tomado las riendas de la Fed de manos de su predecesor, Ben Bernanke.
