Los Pujol, Grifols, Carulla y Rodés

Las grandes familias independentistas catalanas tienen en el extranjero 5.000 millones a buen recaudo

Los Pujol ocultan 1.800 millones en paraísos fiscales, según la investigación policial en curso

Las grandes familias independentistas catalanas tienen en el extranjero 5.000 millones a buen recaudo
Fernando Rodés, dueño del diario independentista 'Ara'. AR

La familia Carulla, que ya fue investigada por la justicia en 2010 por un fraude fiscal, controla también el 30 por ciento de Agrolimen, el conglomerado propietario de Gallina Blanca

La pasta ante todo y por encima de todo.

Grandes sagas vinculadas con el independentismo catalán suman una gran parte de su fortuna en el extranjero.

Tan solo entre las familias Pujol, Grifols, Carulla y Rodés tienen en el extranjero, unos 5.000 millones de euros.

La situación, como explican este 9 de diciembre de 2017 Javier Romera, África Semprún y Alberto Vigario en ‘El Economista‘, no es la misma en todos los casos.

Mientras que el expresidente de la Generalitat, Jordi Pujol y sus hijos ocultaron el dinero a la Agencia Tributaria y los Carulla pagaron en 2014 un total de 9,4 millones para evitar ir a juicio por fraude fiscal, tanto los Grifols como los Rodés han creado estructuras societarias en Holanda para pagar menos impuestos, aunque sí tienen todo su patrimonio declarado ante la Hacienda española.

Una de las mayores fortunas, cuyo importe exacto aún se desconoce, es la de los Pujol. De acuerdo con las investigaciones judiciales en marcha, el expresidente de la Generalitat, Jordi Pujol, su mujer Marta Ferrusola y sus hijos podrían tener oculto en paraísos fiscales en Europa y América un patrimonio de, como mínimo, 1.800 millones de euros.

Jordi Pujol admitió ya en 2014 que había mantenido durante décadas dinero en el extranjero sin regularizar, particularmente en Andorra, desde donde operaban bajo el nombre en clave de Sagrada Familia.

Según los informes policiales Jordi, Josep y Oleguer, tres de los hijos del expresidente, actuaban como gestores de la fortuna lograda presuntamente a través del cobro de comisiones por la adjudicación de obras y contratos públicos de la Generalitat.

En el mundo empresarial, el mayor patrimonio fuera de nuestras fronteras corresponde, sin embargo, a los Grifols, propietarios del laboratorio farmacéutico del mismo nombre.

Firmes defensores de la independencia, la familia controla casi el 22 por ciento del capital de la compañía -unos 2.375 millones de euros de los 10.850 millones que suma actualmente su capitalización en bolsa- desde sociedades en Holanda.

Así, la firma Scranton Enterprises BV, la sociedad patrimonial que actúa como vehículo inversor de la familia y que tiene su sede en Ámsterdam, es propietaria del 8,67 por ciento de Grifols.

De la misma manera, otra instrumental holandesa, en este caso en la ciudad de Alkmaar, denominada Thorthol Holdings BV, es el vehículo que tiene otra rama de la familia Grifols para controlar otro 7,06 por ciento.

Por último, Núria Roura Carreras, la viuda de Víctor Grifols, y Lucas (hijo del fundador y padre del actual presidente), tienen el 6,15 por ciento de la multinacional catalana a través de la firma Rodellar Amsterdam BV, con sede en la capital holandesa.

Solo el 8,8 por ciento de Grifols, las acciones correspondientes a los hermanos Grifols Roura -Víctor, Núria, Raimon, Albert y Enric- está en manos de sociedades con sede en España, concretamente en Deria. El resto de accionistas significativos son fondos de inversión internacionales, como Blackrock o Fidelity.

Además, pese a su defensa de una nación catalana, el ahora presidente no ejecutivo de la compañía, Víctor Grifols, decidió en 2015 trasladar también la tesorería del grupo a Irlanda y mover igualmente a Dublín la política comercial, las actividades de I+D y, sobre todo, gran parte de su división de Biociencia, la más importante del grupo, que acumula el 80 por ciento de sus ingresos.

Todo ello, mientras llamaba a defender los derechos de Cataluña y lanzaba un mensaje de ánimo a Artur Mas para defender el proceso soberanista:

«¡No se arrugue, presidente!»

Una actitud por la que la Generalitat le ha concedido este año la Cruz de Sant Jordi, la mayor distinción de esta institución.

Por su parte, la familia Carulla, que ya fue investigada por la justicia en 2010 por un fraude fiscal, controla también el 30 por ciento de Agrolimen, el conglomerado propietario de Gallina Blanca, a través de dos sociedades holandesas con ramificaciones en Luxemburgo, Suiza y Guernesey.

Se trata de Merimare Investement Amsterdam BV, que tiene el 16,03 por ciento de la compañía y de Venelpark BV, con otro 13,99 por ciento de la misma.

De acuerdo con los datos del Registro Mercantil holandés, a los que ha tenido acceso elEconomista, Merimare suma activos valorados en 232 millones y es propiedad en su totalidad de la suiza Makuri International AG, con sede en Zürich. Por su parte, Venelpark, con activos de 168 millones, está controlada por Nevelpark Holding, con domicilio fiscal en Luxemburgo, y que acumula a su vez 53,9 millones.

Son en total 454,3 millones fuera. Las estructuras fiscales de los dueños de Agrolimen son, sin embargo, mucho más complejas. Así, en 2013 Jordi Carulla Font, hermano del presidente del gigante de la alimentación, y Julia y Arnaud Carulla Cuito transfirieron sus acciones en el holding luxemburgués a sociedades y testaferros radicados en Guernsey, una isla de 65 kilómetros cuadrados ubicada en el Canal de la Mancha y considerada un paraíso fiscal.

En concreto, Jordi Carulla cedió su participación en Nevelpark a Galnor, que un año después se las traspasó, a su vez, a la firma Corsey Trust, registrada en Guernsey.

Por su parte, Julieta Carulla traspasó su participación en la matriz luxemburguesa a Urisey y en 2014, parte de ella terminó asimismo en manos de Corsey Trust. Del mismo modo, Arnaud transfirió también su participación en Nevelpark a Dorsey, que luego las traspasó a Corsey.

Un imperio opaco

La familia Carulla dirigió durante años su imperio a través de un entramado de empresas en países como las Antillas Holandesas, Costa Rica o Bahamas, todas con una tributación muy favorable y opacas en la mayor parte de los casos al fisco español. La saga catalana desmontó parte de la red cuando Hacienda les abrió una investigación.

Así, en 2010 Jordi Carulla, propietario del 20 por ciento de Agrolimen, cerró ya una empresa en Bahamas con 10 millones de euros, en plena investigación de la Fiscalía.

Según publicó El Confidencial con los papeles de Panamá, se trataba de Afico, una mercantil creada en 1998 que controlaba dos sociedades holding en Miami.

Tras el pacto posterior con la Fiscalía, Lluís Carulla llegó a asumir una pena de 20 meses de cárcel por cinco delitos contra la Hacienda Pública, como autor o inductor.

El dueño del diario ‘Ara’

Entre las familias catalanas con dinero fuera, destacan también los Rodés. Su caso, sin embargo, es distinto ya que solo el hermano mayor, Fernando Rodés, está vinculado directamente con el independentismo, al ser presidente del diario y principal accionista de Ara y haberse pronunciado públicamente a favor de un referéndum.

El resto de la familia Rodés, fundadores de Media Planning, que vendieron a Havas, se ha ido desvinculando, en mayor o menor medida, del soberanismo.

Los Rodés mantienen gran parte de la fortuna en Holanda a través de Aliada Investments BV, que al cierre del último año sumaba activos por valor de 85 millones de euros. Fuentes de la familia confirman que la holandesa Aliada fue constituida en noviembre de 1998 por el patriarca, Leopoldo Rodés, ya fallecido:

«En su día, tuvo la finalidad de actuar como holding de nuestras inversiones, aprovechando las ventajas que la fiscalidad holandesa ofrecía para las inversiones en el extranjero»

Aliada controla el 30,78 por ciento de la sociedad Inversiones y Servicios Publicitarios (ISP Holding), una firma presidida por Fernando Rodés y que según la familia «opera actualmente como holding de nuestras inversiones en España, Europa, Latinoamérica y Estados Unidos».

Constituida en 2005 y con domicilio social en Barcelona, la sociedad es propietaria del 85 por ciento de Acceso Group y del 80 por ciento de Antevenio, que en un inicio también estaba participada por la matriz holandesa.

En un comunicado remitido a elEconomista, los Rodés dicen que «nuestras inversiones cumplen escrupulosamente con todas las obligaciones fiscales, contables y de control de cambios en todos los países en los que operamos y los accionistas, todos ellos residentes fiscales en España, están al corriente de sus obligaciones tributarias».

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