Tendría una gran fortuna, como el registrador que le ha guardado la plaza en Santa Pola

Rajoy sería millonario si en vez de meterse en política hubiese seguido como registrador

Íntimo amigo del expresidente, Francisco Riquelme es el protagonista en la sombra que ha ocupado "provisionalmente" la oficina alicantina durante casi treinta años

Rajoy sería millonario si en vez de meterse en política hubiese seguido como registrador
Mariano Rajoy en sus salsa. EP

El fracaso en comunicación del PP tiene nombres y apellidos: salvaje vídeo de TVE jaleando la caída de Rajoy

Seguro que él no se arrepiente en absoluto, pero los números cantan. Y son apabullantes (Mariano Rajoy: «No tengo sucesores ni delfines»).

Porque la realidad es que Mariano Rajoy, que ha mandado más que nadie en España durante casi dos décadas pero ha tenido siempre sueldos muy modestos, se perdió ganar cada mes un fortuna y hacerse multimillonario, cuando se fue de Santa Pola y aparcó su labor como registrador de la propiedad.

Rajoy solo ha dirigido el Registro de la Propiedad de Santa Pola durante dos años, entre 1987 y 1989 -cuando se convirtió en diputado nacional por Pontevedra-.

Allí dejó los paseos en bicicleta, la oficina acristalada a orillas del puerto pesquero, su habitación en el hotel Gran Sol de Alicante y unos ingresos que se iban a tornar desorbitados (El fracaso en comunicación del PP tiene nombres y apellidos: salvaje vídeo de TVE jaleando la caída de Rajoy).

Le importó un comino y en aras de la política y el servicio público, cedió su puesto a un íntimo amigo, Francisco Riquelme.

Se habían conocido Riquelme y Rajoy a finales de los setenta, entre los tomos que tuvieron que engullir para sacar adelante la oposición.

Rajoy, con 24 años, se convirtió en el registrador más joven del país. Ya en los ochenta, ha contado alguna vez Riquelme, el expresidente del Gobierno le dijo:

«Tengo unas ideas que pueden ser buenas para España».

Cuando el gallego se fue a ponerlas en práctica, Riquelme se quedó al frente de la oficina de Santa Pola y empezó a hacer caja.

La ambición por el poder de Rajoy se impuso a la querencia del bolsillo, según recoge Daniel Ramírez en El Español.

Cada registrador manda sobre un distrito. Es una cuestión geográfica. No tienen competencia. El sueldo depende de la cantidad de papeleo que regale la zona. La burbuja inmobiliaria engordó y engordó, igual que las cuentas de Riquelme.

Aquellos años fueron los del baile con la fortuna que Rajoy vio desde el Congreso de los Diputados, con un sueldo considerablemente menor. En los años «buenos» un registrador podía embolsarse hasta un millón de euros cada año.

Francisco Riquelme, ahora pelo canoso, rotario y patrono de la fundación del Real Madrid, sustituyó a su amigo en calidad de «registrador accidental permanente». Una circunstancia que se estiró desde 1990 hasta 2018.

Casi tres décadas de «provisionalidad» que, además, combinó con su puesto de registrador «titular» en Elche.

VÍDEO DESTACADO: Rajoy reaparece para abrir el congreso del PP en busca su sucesor

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