Fitch devuelve a España la nota de A- que perdió en 2012, cuando las tres grandes agencias de rating mundiales -Standard & Poor’s y Moody’s, además de la citada Fitch- degradaron la calidad de la deuda del país en pleno vendaval financiero europeo. La subida de un escalón en la calificación (desde BBB+ a A-) supone un importante respaldo para la economía española después de las dudas en torno al efecto que la crisis política catalana podía tener en la recuperación del país.
Se trata de la primera subida de la calificación desde 2014, cuando también elevó un peldaño la nota.
«Los sucesos en torno a la declaración de independencia del Gobierno de Cataluña han subrayado el riesgo político, pero el impacto económico ha sido por ahora limitado. Los datos muestran una relajación en la economía catalana, que supone un 20% del PIB español, del 0,9% en el tercer trimestre de 2017 al 0,7% en el cuarto», asegura Fitch en la nota en la que comunica la subida.
Los expertos de Fitch recalcaron la semana pasada la buena marcha de la economía española en el último trimestre de 2017, sin que esta se hubiera visto perjudicada por el «ruido político» en Cataluña.
«Si bien las elecciones del 21 de diciembre no han ofrecido un resultado definitivo, tampoco se ha materializado ninguna de las peores posibilidades», aseguró en Madrid el responsable de rating de países de Fitch, Tony Stringer.
La subida de Fitch llega tras años en los que las agencias de calificación no han mejorado su calificación de la deuda española pese a los cuatro años consecutivos de crecimiento económico y los casi 1,4 millones de empleos creados desde finales de 2013.
Guindos dice que es un signo de confianza
El ministro Luis de Guindos se ha apresurado a celebrar la noticia. A través de un comunicado, ha señalado:
«La subida del rating confirma la confianza en nuestra economía, que se sustenta en un crecimiento robusto, con fuerte creación de empleo y reducción del déficit público».
Ha añadido que «la decisión de la agencia Fitch, junto con la rebaja de la prima de riesgo en los últimos días, facilitará ampliar la base inversora y reducir los costes de financiación del Tesoro y del conjunto de la economía, ya en niveles históricamente bajos».
Y subrayado que la agencia considera también que la situación en Cataluña tiene un impacto muy limitado en la actividad económica. «Esperamos que la normalización de la situación política que introdujo la aplicación del 155 se mantenga a futuro», ha añadido.
El titular de Economía ha señalado que el Gobierno trabaja en un acuerdo parlamentario para que ya en 2018 se pueda aprobar el nuevo Presupuesto «para contar así plenamente con el principal instrumento de política económica y llevar a cabo las reformas necesarias».
Ha recordado que son dos las agencias que sitúan a España en la zona A (DBRS y Fitch), «y espero que esta sea la pauta general en las revisiones del resto de agencias en lo que queda de año», ha añadido.
Bajada en la prima de riesgo
A la espera de esta mejora, la prima de riesgo española había caído a la largo del día de ayer a su nivel mínimo en diez meses. La prima -un indicador del riesgo que los inversores atribuyen a la capacidad de un país de pagar su deuda- en España se redujo hasta el entorno de los 90 puntos básicos, su nivel mínimo desde marzo de 2015.
«Es solo cuestión de tiempo que el resto de grandes agencias de rating sigan los pasos de Fitch y mejoren su calificación de la deuda española», aseguró wste 19 de enero de 2018 a la agencia Reuters Jaime Costero, analista de BBVA.
Pese a la mejora, a España le queda aún un duro trecho hasta alcanzar todo lo perdido en los últimos años.
«No vemos que en el futuro próximo los ratings de la zona euro vayan a recuperar los niveles precrisis», aseguraba a este periódico hace un mes Sarah Carlson, vicepresidenta de Moody’s.
Esta analista admitía su preocupación por España.
«El peso de su deuda es ahora casi 40 puntos porcentuales superior a la de 2010. Y el Gobierno ha fracasado de forma reiterada en cumplir los objetivos de sus programas de estabilidad. Pese al crecimiento del PIB, la economía aún se enfrenta a retos estructurales», aseguraba a mediados de diciembre.