La economía de EEUU recuperó fuerza en el primer año de Donald Trump en la Casa Blanca.
Este avance llega después de que Barack Obama abandonara la presidencia con el crecimiento más bajo en cinco años. En 2017, la actividad remontó un 2,3%, ocho décimas más que el año anterior.
La expansión progresó a una tasa anualizada del 2,6% en el cuarto trimestre, menos de lo esperado, y está por debajo del 3% que esperaba Trump.
Ahora el presidente debe demostrar que los pilares de su agenda, como la recién adoptada reforma fiscal, pueden sostener este avance y que su política proteccionista no es un lastre.