Ciertamente los créditos pueden pedirse a través de Internet desde hace más de dos décadas. Sin embargo, aquel usuario que pretendía obtener un préstamo rápido veía cómo el procedimiento terminaba dilatándose en exceso, recibiendo el ingreso de la liquidez oportuna al cabo de varios días.
Por suerte, este tipo de situaciones ya no se producen en los tiempos que corren. Y es que en la actualidad los préstamos en línea se tramitan y conceden mucho más rápidamente que antaño. Así lo demuestran las entidades prestamistas que son capaces de aprobar la solicitud de un crédito en un cuarto de hora.
¿Qué es lo que les ha llevado a hacer gala de tal celeridad? Varios aspectos entran en juego, detallándose los más importantes a continuación. Conviene destacar que la mayoría de cambios han ido produciéndose de forma paulatina.
Una gran competencia exige ser el más rápido
Es innegable que en España los mini préstamos rápidos sirven, en muchos casos, para sacar del atolladero económico a los individuos que los solicitan. Las adversidades monetarias suelen surgir inesperadamente, requiriéndose una solución de urgencia.
Así pues, no es de extrañar que recurran a Internet para dar con la compañía crediticia que les ofrezca una mayor rapidez. Los comparadores de préstamos están a la orden del día, siendo el tiempo medio de aprobación uno de los datos más tenidos en cuenta por los usuarios.
Los prestamistas son plenamente conscientes de ello, motivo que les lleva a trabajar diariamente para ofrecer la cifra más baja posible. Escasos minutos requieren algunas de ellas para dar el okey definitivo a cada solicitud de crédito que proceden a recibir.
Solo de esta manera pueden hacerse con la mayor cantidad de clientes potenciales, evitando que los mismos recurran a otras empresas que operan a una velocidad más elevada a la hora de conceder los préstamos en línea. La competencia cada vez es mayor debido a las facilidades que otorga Internet, por lo que poco a poco las exigencias del consumidor van en aumento.
Facilidades al proporcionar la documentación necesaria
No hay que echar la vista muy atrás para dar con una época en la cual muchos de los prestamistas requerían disponer de documentación en formato físico por parte del cliente solicitante antes de aprobar el crédito requerido por el mismo.
El motivo era claro: la calidad que podían proporcionar las cámaras fotográficas de entonces no era suficiente para remitir a distancia desde una imagen del Documento Nacional de Identidad hasta otros elementos necesarios para comprobar los datos aportados en el formulario por el internauta en cuestión.
Por otra parte, no muchas personas disponían de un escáner. Sin embargo, los smartphones de hoy en día cuentan con lentes de enorme calidad a nivel tecnológico. El DNI puede ser fotografiado por las dos caras apreciándose cada carácter numérico y alfabético con total claridad.
Pero, ¿y los ficheros resultantes? Antaño, en caso de que sí tuvieran una buena calidad, suponían un gran peso que exigía lidiar con un tiempo medio de transferencia demasiado elevado.
En pleno 2019 los escaneos y las fotos de alta resolución siguen pesando bastantes megabytes, pero gracias a las conexiones tan avanzadas tanto de ADSL como de fibra óptica, el elemento digital se adjunta en el formulario, el correo electrónico u otra vía de contacto en un parpadeo.
La agilización de los trámites es máxima, así como las facilidades de las que disfrutan actualmente los usuarios que, por unos u otros motivos, necesitan contar con la liquidez de un crédito para poner fin a sus problemas económicos.
Sitios web muy intuitivos
A la hora de efectuar todos los trámites las facilidades se hacen evidentes, aunque las mismas surgen incluso antes de dar comienzo al citado procedimiento. De hecho, ya son visibles cuando se consulta toda la información necesaria para saber si el crédito ofrecido por el prestamista elegido es la opción más conveniente para cada usuario.
En tiempos anteriores los sitios web pecaban de ser poco intuitivos, factor negativo que venía dado en gran medida por la amplia necesidad de entrarle al internauta por los ojos sin importar si el mismo se sentía cómodo o no con el entorno virtual. Dicha situación ha cambiado drásticamente.
A día de hoy lo que más premia al evitar un elevado porcentaje de rebote, es decir, impedir que los usuarios abandonen los portales online prematuramente, se resume en poner todos los contenidos necesarios al alcance de un par de clics. Es precisamente el principal objetivo de las webs de prestamistas que operan actualmente.
Muchas de ellas incluyen un apartado de preguntas frecuentes, resolviendo cualquier posible cuestión, acción que también llevan a cabo en tiempo real a través de un eficaz servicio de atención al cliente vía chat. Los diseños, más allá de resultar llamativos para los nuevos usuarios, se caracterizan por ser verdaderamente funcionales y adaptados a dispositivos móviles.
