En el mejor de los casos Europa se enfrenta a un periodo de bajo crecimiento

Estas son las cinco fuerzas disruptivas que pueden hacer desaparecer a la Eurozona

Pimco advierte de que la japonización de Europa es más peligrosa. La demografía incrementa la propensión a ahorrar y reduce la fuerza laboral

Estas son las cinco fuerzas disruptivas que pueden hacer desaparecer a la Eurozona

Muy atentos. La mayor gestora de bonos del mundo prevé un futuro cuando menos incierto para el club del euro. Desde Pimco atisban hasta cinco fuerzas que pueden golpear la economía de la eurozona y erosionar aún más la cohesión de una unión monetaria excesivamente artificial. La creación del euro ha sido una decisión más política que de sentimiento real y que, probablemente, no contaba con el entusiasmo de unos pueblos diferentes que iban a compartir cada vez más responsabilidades y decisiones, una particularidad que puede ser peligrosa a la hora de enfrentarse a los problemas económicos que se atisban en el horizonte, según explican desde la gestora, según recoge el autor original de este artículo Vicente Nieves en eleconomista y comparte Manuel Trujillo para Periodista Digital.

Nicola Mai, analista de Pimco, comienza su reflexión tildando de ‘matrimonio concertado’ a la unión entre los países de la Eurozona para crear una divisa nueva y regirse bajo una política monetaria única. Esta unión entre países tan diferentes ha sido una creación artificial que a la hora de afrontar problemas genera más desavenencias que ideas para superarlos, lo que hace que la ‘japonización’ en la zona euro sea más peligrosa que en otras regiones del mundo.

Mai explica que «la esperanza en un matrimonio concertado es que la gente se case y luego se enamore. A veces eso funciona, otras veces no. Dos décadas después del inicio (de la zona euro), la unión en matrimonio concertado de los países de la eurozona parece inestable en el mejor de los casos, y ahora más todavía ante las nuevas fuerzas disruptivas mundiales».

En un foro de inversores organizado por Pimco se analizaron estas fuerzas disruptivas, entre las que se encuentran el populismo, la tecnología, la demografía y una desaceleración en China, que podrían ser factores a tener muy en cuenta en los próximos cinco años, no sólo para la zona euro, también para la economía global que se está acoplando a la nueva normalidad, «caracterizada por un bajo crecimiento, baja inflación y bajos tipos de interés».

Esta nueva normalidad, a su vez, es consecuencia de algunos de los anteriores factores o fuerzas disruptivas, como la transición demográfica o la tecnología, ambos factores que podrían estar presionando a la baja la inflación y el precio del dinero.

«Desafortunadamente, una nueva normalidad es probablemente la mejor de los escenarios que la eurozona puede esperar. Con niveles elevados de deuda pública y privada, una población que envejece rápidamente y la evidencia de que las expectativas de inflación se están anclando a niveles muy deprimidos, creemos que Europa podría ser propensa a sufrir una japonización, es decir, un estado de estancamiento a largo plazo. Además, la fragilidad económica y un sentimiento de unidad que goza de poco entusiasmo sugieren que la unión monetaria podría ser más vulnerable a las perturbaciones que otras áreas económicas», sentencia el experto de Pimco.

Las cinco fuerzas disruptivas
China: la desaceleración económica en China y las crecientes tensiones comerciales mundiales son particularmente perjudiciales para la eurozona. Su superávit por cuenta corriente, de alrededor del 3% del PIB, hace que esté altamente expuesta al ciclo comercial mundial.

«Esto es especialmente relevante en Alemania, la economía más grande de Europa, que tiene un superávit por cuenta corriente de más del 7% del PIB, entre los más altos del mundo. Las exportaciones fuera de la eurozona constituyen aproximadamente el 28% del PIB total de la eurozona, superando con creces las cifras del 12% y 20% para los Estados Unidos y China, respectivamente», destaca el economista de Pimco. En 2018, China fue el tercer mayor destino de exportación de bienes de la eurozona y la mayor fuente de importaciones de bienes en Europa, según Eurostat.

Populismo: «el aumento del populismo es de particular importancia en la eurozona, ya que a menudo contiene elementos de escepticismo respecto a la UE y al euro. De acuerdo, la mayoría de los partidos populistas han reducido su retórica antieuropea recientemente, pero el desprecio hacia las instituciones de la UE es parte de su ADN de la mayoría de estos partidos. Estos partidos podrían resucitar una actitud más antagónica hacia la UE y la unión monetaria si la región se ve afectada por una crisis económica. La proliferación de partidos más extremos ya ha incrementado la fragmentación política en países como España e Italia, lo que ha generado dificultades en la formación del gobierno, inestabilidad política y el desafío de cuadrar las políticas populistas rivales.

Demografía: la población en edad de trabajar de la eurozona, ahora estancada, se contraerá durante la próxima década. De acuerdo con las proyecciones de la Comisión Europea, la tasa de dependencia de la vejez (el número de personas mayores de 65 años respecto a la población en edad laboral de 15 a 64 años) es de poco más del 30% y parece que pasará a más del 40%. . Entre las principales regiones, la eurozona solo está por detrás de Japón en la velocidad de envejecimiento de la población.

Una menor proporción de personas en edad laboral puede dificultar el pago de los pensiones y otros gastos de los más jubilados; y en segundo lugar, el envejecimiento de la población suele ser un factor que incrementa la propensión al ahorro frente al consumo, lo que alimenta el exceso de ahorros que ya existe en la región tumbando el tipo de interés natural.

«Más ahorro, entre otros factores, han ayudado a reducir los rendimientos de los bonos, un lastre para muchos planes de pensiones, ya que no están ganando suficiente interés para cumplir obligaciones futuras. En Alemania, por ejemplo, las compañías de seguros altamente reguladas están sufriendo que los rendimientos de toda la deuda soberana del país ahora son negativos».

Además, este exceso de ahorro y unos bajos tipos de interés son el caldo de cultivo perfecto para que se produzca una asignación de los recursos poco eficiente, manteniendo con vida a empresas zombies e impidiendo el surgimiento de otras firmas disruptoras.

Tecnología: Europa ha perdido un terreno frente a EEUU y China, donde los gigantes tecnológicos han crecido exponencialmente. El crecimiento de la inversión se ha retrasado en la eurozona y el crecimiento de la productividad, que se encuentra levemente por encima del 1% anual, se ha estancado y no muestra visos de remontar. Según los datos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), los 28 países de la Unión Europea gastaron el 2% del PIB en investigación y desarrollo, por debajo del 2,8% de los Estados Unidos, el 3,2% de Japón y marginalmente por debajo del 2,1% de China.

Valoraciones del mercado financiero: la política monetaria del Banco Central Europeo (BCE), los rendimientos alemanes a 10 años y ahora incluso los rendimientos del Bund a 30 años son negativos, muy por debajo del nivel de sus equivalentes en EEUU, el Reino Unido e incluso por debajo de los de Japón. Los rendimientos negativos han empujado a los inversores a buscar rentabilidad donde sea, pero no han logrado elevar el crecimiento o la inflación de manera sostenida. «Dado que el crecimiento nominal sigue siendo obstinadamente bajo, las valoraciones de activos parecer cada vez más caras, lo que plantea el riesgo de posibles correcciones severas», señalan los expertos.

Desafíos de un matrimonio concertado
En su vigésimo año de matrimonio, la unión monetaria está incompleta y sigue siendo inherentemente inestable, ante una inflación estructuralmente baja, los grandes desequilibrios entre países, el diferente ritmo de los ciclos económicos de cada estado, la falta de compromiso con una mayor convergencia entre países y la falta de voluntad para comprometerse a una mayor integración fiscal y política.

«El BCE ha sido el pegamento que ha mantenido unida a la región con los tipos de interés en niveles negativos y medidas no convencionales como las operaciones de refinanciación a largo plazo (TLTRO, la provisión de préstamos baratos a largo plazo a bancos) y cuantitativa. Al haberse implementado de forma contundente, las balas en el arsenal monetario comienzan a escasear», reza la nota del experto.

El efecto sobre la economía de la relajación monetaria ha disminuido y seguirá reduciéndose a medida que pasa el tipo. Esto está llevando a que una grupo cada vez mayor de economistas reclame a los políticas más estímulos fiscales y reformas de calado: «Se necesitarían otras políticas, en primer lugar la política fiscal, para impulsar el crecimiento. Sin embargo, la probabilidad de que la eurozona participe en una relajación fiscal significativa parece relativamente baja, ya que los países que son más capaces de hacerlo (Alemania y los Países Bajos) tienden a ser los menos dispuestos, mientras que los más dispuestos (como Italia) son los que menos margen tienen».

En general, con un déficit presupuestario medio del -0,5% del PIB y una deuda pública del 87% del PIB, los parámetros fiscales de la eurozona parecen relativamente sanos en comparación con otras economías importantes. Pero las finanzas públicas de la eurozona son competencia de cada país, y el aumento del populismo y el nacionalismo debilita las posibilidades de que se vea en el futuro una mayor integración fiscal y política.

«En general, la falta de herramientas políticas anticíclicas eficaces y la cohesión política hacen que la unión monetaria sea vulnerable en la próxima recesión económica», asegura Nicola Mai.

«Así como la esperanza en un matrimonio concertado es que la gente se enamore, la esperanza hace 20 años era que la unión monetaria fomentara la integración fiscal y política. Hasta ahora, el proyecto europeo no ha dado lo que muchos esperaban, aunque el matrimonio aún se mantiene», asegura el economista de la mayor gestora de bonos del mundo.

No obstante, en los últimos meses han producido muchos cambios en las grandes instituciones europeas, por lo que se podría esperar un giro que lleve a la zona euro a ir más allá de una mera unión monetaria, pero a día de hoy esa cuestión sigue en el aire y el matrimonio concertado sigue sin surgir el amor.

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Autor

Manuel Trujillo

Periodista apasionado por todo lo que le rodea es, informativamente, un todoterreno

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