"El apoyo a la recuperación debe asegurar que todos los Estados miembros están mejor preparados para la próxima crisis"

Holanda, Austria, Dinamarca y Suecia se rebelan contra Merkel y rechazan dar subsidios a España

En su acuerdo con Emmanuel Macron, la canciller ha roto dos tabúes de los nórdicos: permitir que la UE emita deuda a gran escala para crear un fondo de reconstrucción de 500.000 millones de euros y auxiliar a Madrid y Roma con subvenciones y no con préstamos

Holanda, Austria, Dinamarca y Suecia se rebelan contra Merkel y rechazan dar subsidios a España
Angela Merkel. PD

La frase de la semana entre los dirigentes del norte está sacada del más rancio refranero español: «Contra el vicio de pedir, la virtud de no dar».

Malas noticias para los intereses de la atribulada ciudadanía española y fatales para los políticos del socialista Pedro Sánchez.

Cuatro países de la Unión Europea, Austria, Holanda, Dinamarca y Suecia, conocidos como los ‘frugales’, han propuesto un Fondo de Reconstrucción europeo opuesto al que han presentado los líderes de Alemania, Angela Merkel, y Francia, Emmanuel Macron, bastante comprensivo con la petición del Gobierno español.

Estos cuatro países son partidarios de que este fondo de recuperación europeo -que sirva para ayudar a los países que más han sufrido la crisis del coronavirus- sea temporal y que no conlleve la mutulización de la deuda ni un aumento en las contribuciones de los países miembros.

Son partidarios, además, de que estos fondos se concedan como préstamos y no como simples transferencias, como pide el presidente español.

La iniciativa de este grupo de Estados miembros llega apenas cuatro días antes de que la Comisión Europea presente este 27 de mayo de 2020 su propio plan de recuperación junto a la nueva propuesta para el presupuesto comunitario a siete años, y una semana después de que Alemania y Francia abogaran por un fondo de medio billón de euros en transferencias, y no préstamos.

La propuesta asegura buscar «una recuperación eficiente y sostenible» tras la crisis de la COVID-19 y sugiere que los países que se hayan visto afectados por la pandemia podrían solicitar un préstamo de este fondo durante un máximo de dos años que esté «dirigido a las actividades que más aportan a la recuperación», como la innovación, la investigación o la transición verde.

El documento de Holanda, Austria, Suecia y Dinamarca, que defiende un fondo «temporal y puntual» que sea un añadido a las ayudas ya aprobadas y al presupuesto para 2021-2027, no incluye una cifra concreta como el plan francoalemán, sino que propone esperar a que la Comisión Europea determine primero cuánto dinero necesita cada país para la recuperación financiera.

No a la mutualización de la deuda

«Lo que no estamos dispuestos a aceptar, no obstante, es cualquier instrumento o medida que conduzca a una mutualización de la deuda ni incrementos significativos en el presupuesto de la UE», asegura el plan conjunto de Países Bajos, Austria, Dinamarca y Suecia.

La ayuda de la UE debe basarse en «créditos favorables a los que han resultado más gravemente afectados por la crisis», sostiene el ‘club de los frugales’.

Su negativa a una mayor solidaridad hacia España e Italia se sustenta en que «todos los Estados miembros sufrirán una contracción económica sin precedentes en 2020, con una recuperación sólo parcial en 2021».

«Eso significa que los Estados miembros deberán dedicar un mayor porcentaje de sus recursos nacionales al presupuesto de la UE en un momento en el que las finanzas públicas nacionales sufren ya una presión grave. Dedicar fondos adicionales a la UE, independientemente de cómo se financien, sobrecargará todavía más los presupuestos nacionales», aduce el ‘club de los frugales’.

Como alternativa a un gran fondo de reconstrucción como el que plantean Macron y Merkel, los países del Norte proponen adelantar el presupuesto de la UE 2021-2027 y concentrarlo en los próximos meses. Además, quieren redirigir el dinero europeo a las necesidades más acuciantes provocadas por el Covid-19, en detrimento de otras «áreas que probablemente contribuirán menos a la recuperación».

Unas áreas que tampoco se definen, aunque tradicionalmente estos países están en contra de la política agrícola común y de los fondos regionales.

Eso sí, el ‘club de los frugales’ mantiene su línea roja de que el presupuesto plurianual de la UE no puede superar el umbral del 1% del PIB comunitario.

Una postura intransigente que ya hizo naufragar las negociaciones presupuestarias en la última cumbre presencial de líderes europeos a finales de febrero. Estos países exigen además que se les mantengan las compensaciones o cheques por ser contribuyentes netos a las arcas europeas.

Compromiso férreo con las reformas

Finalmente, Austria, Países Bajos, Dinamarca y Suecia reclaman que las ayudas del fondo de recuperación de la UE a España e Italia estén sujetas a «un compromiso férreo a favor de las reformas y el marco presupuestario» de la UE, que exige la consolidación fiscal. Además, deben reforzarse los controles para evitar el fraude y la corrupción en el gasto de fondos europeos.

Los préstamos de la UE deben concentrarse en «las actividades que más contribuyan a la recuperación, como la investigación y la innovación, el refuerzo de la resistencia del sector sanitario y el impulso de la transición verde que sustente las ambiciosas agendas de la UE en materia de clima, crecimiento y digital».

El fondo de reconstrucción tendrá que ser un instrumento temporal y puntual con una «cláusula de expiración» al cabo de dos años y «no puede conducir a ninguna mutualización de la deuda». Se basará en «préstamos en condiciones favorables a los países que más lo necesitan, limitando el riesgo a todos los Estados miembros y proporcionando incentivos sólidos».

El plan alternativo del ‘club de los frugales’ significa que la batalla entre el Norte y el Sur de la UE por la respuesta económica a la crisis del coronavirus continúa, pese a que Merkel haya cambiado de bando.

Las decisiones sobre el presupuesto plurianual de la UE se adoptan por unanimidad de los 27 Estados miembros.

Eso quiere decir que Italia y España deberán ofrecer contrapartidas o garantías reforzadas a Países Bajos, Austria, Dinamarca y Suecia para que acepten el fondo de reconstrucción.

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