Batió en 2022 su récord de producción de agua regenerada para reutilización

Claves de la gestión del agua en Madrid: reutilización y eficiencia, grandes bazas de Canal de Isabel II

Embalse El Atazar.
Embalse El Atazar.

En el contexto climático actual, el agua, su disponibilidad y la gestión de su ciclo urbano se enfrentan a nuevos paradigmas de gestión. Los retos a los que tiene que enfrentarse ahora el sector son incluso más complicados y complejos que los del pasado.

Los madrileños saben bien la dificultad que representa la escasez de agua; fue un problema con el que lidiaron en el pasado y que se solventó, hace más de 170 años, con la entrada en servicio de Canal de Isabel II. Desde entonces y hasta el día de hoy, la región ha ido construyendo uno de los modelos públicos más eficaces y eficientes de la gestión del agua urbana, reconocido tanto a nivel nacional, como internacional.

Así, Canal de Isabel II batió en 2022 su récord de producción de agua regenerada para reutilización, con 17 millones de metros cúbicos destinados a riego de zonas verdes, campos de golf, baldeo de calles o usos industriales

Sin embargo, la Comunidad de Madrid está sufriendo desde hace tiempo los nuevos patrones climáticos. Los datos son claros. En los últimos treinta años se han reducido casi un 20 % las aportaciones medias de agua a los embalses respecto a la media histórica. Además, los escenarios publicados sobre la evolución del clima en España hasta 2050 hacen temer que esta circunstancia se agrave en el futuro.

Buscar soluciones frente al cambio climático

Para anticiparse a los riesgos que conlleva el cambio climático y tratar de minimizar sus impactos, Canal ha diseñado un plan cuyo objetivo final no es aumentar los recursos existentes, sino mejorar y optimizar la manera en que se gestionan, de modo que se haga frente tanto al cambio climático como al incremento de la población. Esta optimización permitirá que, ante un previsible descenso de las precipitaciones, se pueda suministrar un mayor volumen de agua.

Los esfuerzos en esta línea vienen de lejos y están dando sus frutos. La población abastecida en la Comunidad de Madrid ha pasado de 5,74 millones de habitantes en el año 2005, a 6,53 millones de habitantes en 2022, lo que supone un incremento del 14 % en diecisiete años. Pese a ello, el consumo se ha reducido un 19% en el mismo periodo.

El descenso de agua consumida por habitante se explica en el impulso por parte de Canal al empleo de agua regenerada, la eficiencia de la red de distribución, el mayor grado de automatización de los sistemas y la sensibilización de los madrileños, que cada vez son más conscientes de la importancia de un consumo eficiente.

Reducir al mínimo las pérdidas

Uno de los puntos clave en los que trabaja Canal es, precisamente, la reducción del agua no controlada, que incluye las pérdidas de la red, el fraude de agua y el subcontaje de los contadores. El nivel de pérdidas reales es ya muy reducido y está por debajo de la media española y europea. No en vano, la región de Madrid es actualmente la que menos pérdidas de agua registra en su red de distribución y se encuentra entre las más optimizadas del mundo.

Las pérdidas reales en aducción y distribución provocadas por las fugas, roturas y averías en la red de suministro, así como las pérdidas aparentes por errores de medida, fraudes y consumos no medidos se han reducido sensiblemente en los últimos años. Según los datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística (INE), las pérdidas aparentes en la Comunidad de Madrid eran un 15 % inferiores a la media nacional en el año 2020; y las pérdidas reales, un 76 % menores.

Asimismo, la política de renovación y mejora de la red de distribución, que en los últimos años ha supuesto una renovación media de más de 100 kilómetros anuales, tiene entre sus fines reducir al mínimo las pérdidas de agua por fugas y roturas en las conducciones.

En relación con la eficiencia de las redes de agua potable, un importante hito ha sido la puesta en marcha de la mayor inversión realizada por Canal hasta la fecha: el contrato para la renovación de 1.200 kilómetros de tuberías de abastecimiento de agua en 163 municipios.

Se trata de la primera fase del Plan RED, cuyo objetivo es garantizar la calidad y el suministro de agua en la región e incrementar la eficiencia de la red de distribución. En 2022, los kilómetros renovados casi se han duplicado respecto a la media histórica, llegando a los 190 km. El Plan RED tiene como objetivo final la renovación de 3.000 kilómetros de conducciones hasta el año 2030.

La regeneración de aguas residuales

La regeneración de aguas residuales para su posterior reutilización es otra de las grandes apuestas de Canal de Isabel II en su camino hacia la máxima optimización de los recursos hídricos.

El agua residual procedente de viviendas y actividades urbanas e industriales se transporta a través de las redes de alcantarillado hasta las estaciones depuradoras. Allí, se somete a unos procesos de saneamiento que permiten devolverla a los ríos o arroyos en condiciones óptimas para el medioambiente.

Durante la depuración, se eliminan desperdicios, grasas flotantes y, en general, todos los elementos gruesos que pueda contener el agua, además de los materiales decantables y la materia orgánica.

El agua regenerada

En algunas de sus instalaciones, Canal de Isabel II somete el agua residual a un tratamiento adicional, llamado tratamiento terciario, que adecúa la calidad del agua depurada para que pueda emplearse en usos no relacionados con el consumo humano, como por ejemplo para regar jardines públicos o baldear las calles.

En este sentido, 2022 ha sido año de récord en lo que a reutilización de agua se refiere. Durante el pasado curso, Canal de Isabel II regeneró para su posterior reutilización la mayor cantidad registrada hasta ahora, alcanzando un total de 17,05 millones de metros cúbicos de agua reutilizada. Adicionalmente, un total de 91,79 millones de metros cúbicos de agua regenerada se vertieron al cauce de los ríos para mejorar la calidad de sus masas de agua. El agua reutilizada consumida en 2022 equivale al 3,45 % del consumo total de agua potable en la región.

Gracias a las posibilidades que ofrece, el agua regenerada adquiere un enorme valor añadido, pues su producción contribuye a incrementar la disponibilidad de agua natural en la región. Y es que al utilizar agua regenerada se evita consumir agua potable en usos que no requieren la máxima calidad. Esto permite alcanzar cotas de ahorro realmente elevadas. Desde que comenzara a producirla en 2007, Canal de Isabel II ha podido ahorrar más de 177 millones de metros cúbicos de agua. Este volumen es equivalente a la capacidad conjunta de los embalses de Valmayor (124 hm3) y Puentes Viejas (53 hm3).

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