Los efectos del urbanismo «desaforado» no han hecho más que empezar

El Observatorio para la Sostenibilidad de España (OSE) ha advertido de que los efectos del urbanismo «desaforado» no han hecho más que empezar y que las repercusiones más graves de este modelo de desarrollo todavía no han llegado. La presión urbanística alcanzará niveles de saturación «difíciles de gestionar de manera eficiente, saludable y sostenible«.

El OSE, impulsado por el Ministerio de Medio Ambiente, la Fundación Biodiversidad y la Universidad de Alcalá de Henares (Madrid), ha abogado por un nuevo marco legislativo y financiero para evitar la ocupación abusiva del terreno y las recalificaciones especulativas de suelo rústico con el fin de conseguir dinero para las arcas municipales.

El observatorio hizo público esta semana un informe monográfico sobre los cambios de ocupación del suelo en España y las implicaciones para la sostenibilidad, que advierte de la urbanización «desmesurada» en España.

El informe incluye un análisis comparado por comunidades autónomas, que refleja que Madrid es la que tiene más suelo ocupado (el 12 por ciento), seguida de Baleares, Valencia, Cataluña y Canarias (con porcentajes entre el 4,6 y el 5 por ciento), mientras que las del interior tienen los porcentajes más bajos de ocupación (entre el 0,7 y el 1,4).

Los expertos que han realizado el informe apuestan por dar valor al suelo rústico sin necesidad de recalificarlo, por medidas cautelares como la que planteó el Parlamento Europeo para la Comunidad Valenciana (la moratoria urbanística) o por comprar terrenos para salvaguardarlos.

La urbanización desmesurada tampoco ha facilitado el acceso a la vivienda, constata el informe, que advierte de que en caso de llevarse a cabo todos los planes que están en marcha en el litoral, la presión urbanística alcanzará niveles de saturación «difíciles de gestionar de manera eficiente, saludable y sostenible».

El estudio constata el aumento de las superficies ocupadas por campos de golf y por los numerosos servicios e infraestructuras que llevan asociados; advierte del fuerte impacto ambiental de estos campos, por el elevado consumo de agua, sobre todo en zonas áridas, y por las transformaciones que se han realizado sobre zonas forestales.

Andalucía es la que cuenta con más extensión de campos de golf (4.400 hectáreas), seguida de Cataluña (2.000 hectáreas), Baleares, Madrid y Comunidad Valenciana (unas 1.400). Cataluña, Comunidad Valenciana, Murcia y Andalucía son las que tienen el mayor porcentaje de suelo ocupado en el primer kilómetro de costa, debido sobre todo a la presión turística.

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