Casas inteligentes para ancianos

Desde abril de este año, algunos habitantes jubilados de la ciudad de Hattingen, Alemania, son los primeros en experimentar la vida en casas inteligentes, dotadas de tecnología y en red, que les facilitan las cosas. Es una de las respuestas a un problema mayor: el envejecimiento de la población.

«Queremos facilitar la vida de tal manera que los ancianos puedan permanecer más tiempo en sus propios hogares», explica el jefe de proyecto del Instituto Fraunhofer para Tecnología de Software y Sistemas (ISST) de Dortmund, Frank Lindert.

Esto es lo que pretende la iniciativa «Smarter Wohnen» en Renania del Norte-Westfalia. Alemania corre peligro de un envejecimiento excesivo, y ese proceso se nota especialmente en la Cuenca del Ruhr: una de cada tres personas tiene 55 años o más. Sin embargo, no hay suficientes plazas para atender o dar apoyo a las personas mayores.

En este momento tienen quince departamentos inteligentes originales; en los próximos dos años deberían aumentar esa cantidad hasta llegar a un total de 185. En ellos hay detectores de incendios y de movimientos, aparatos electrónicos y alarmas y ventanas que están en red unas con otras y con el exterior.

«Cuando un detector de humo registra un incendio, no sólo pone en marcha una alarma, sino que también informa por SMS (mensajería instantánea) a los vecinos y al propio jubilado, si no está en casa», describe Armin Hartmann, de la constructora HWG, respecto de una de las funciones.

Con ayuda de un interruptor, el jubilado puede al mismo tiempo cerrar las ventanas, activar la alarma y apagar aparatos eléctricos como la plancha o la cocina. Y el detector de movimientos no sólo garantiza que haya luz en los lugares adecuados sino que registra a posibles ladrones o a un jubilado que no se ha movido en un rato.

Sin embargo, las ideas de los científicos del Instituto Fraunhofer van mucho más allá de este equipamiento básico: en el centro del modelo de vivienda inteligente hay una computadora conectada con un televisor especialmente fácil de utilizar. Las personas mayores y enfermas pueden pedir así desde su propia casa comida o medicamentos y comunicarse con el médico a través de Internet.

El costo de este equipamiento es de cerca de 6.350 dólares. Los inquilinos a prueba no están pagando el adicional por todo esto, pero cuando el Estado deje de subsidiar el proyecto costará unos 44 dólares al mes.

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