El chalé ecológico del activista antiglobalizador

José Bové, el líder campesino y antimundialista francés, se ha construido una casa -una mansión, dicen algunos- digna de figurar en la portada de cualquier revista especializada de arquitectura. Un sueño. Toda ella de madera y cristal, situada en la ladera de una colina y montada sobre pilotes, con una vista impresionante sobre un paisaje de prados y bosques.

Situada cerca de donde Bové tiene su primera granja modelo, en Montredon (en la región de Aveyron, a poco más de una hora y media de Montpelier), la casa pretende ser el ejemplo más avanzado de arquitectura ecológica, hasta el punto de todas las piezas encajan sin utilizar ni un solo clavo y el techo es vegetal.

El diario Le Monde publicaba esta semana un reportaje, ilustrado con magníficas fotografías, de la casa de Bové, que según parece estará lista para ser ocupada por sus propietarios dentro de dos o tres semanas. La está construyendo él mismo con sus propias manos, con la ayuda de sus amigos y su mujer, Ghilaine Ricez.

Todo ello, mientras prepara su nuevo asaltó a los círculosm políticos.

«Estoy listo para asumir el papel de candidato unitario antiliberal»
Le Monde

El carismático líder campesino francés José Bové pretende articular en torno a su figura una candidatura «antiliberal» que recoja el espíritu de la campaña del no a la Constitución Europea. Por su interés, reproducimos a continuación una entrevista concedida por Bové al diario Le Monde.

PREGUNTA. ¿Por qué declinó la invitación de Los Verdes a su universidad de verano que empezó el jueves 28 de agosto para debatir con Dominique Voynet, Nicolás Hulot y Corienne Lepage?

RESPUESTA. He decidido no ir a ninguna universidad de verano y dar prioridad al marco unitario de la alternativa antiliberal para el 2007 [elecciones presidenciales]. Todos los colectivos provinciales existentes deben encontrarse en Saint-Denis el 10 de septiembre. Además no tengo ganas de ser el director de un circo con un debate confuso en presencia de ciertas sensibilidades ecologistas que se definen como «apolíticas».

P. La señora Voynet cree que representa a «toda la gente con sensibilidad ecologista». ¿Usted no comparte esa ambición?

R. Dominique Voynet ha elegido convertir la temática ecologista en un subproducto del social-lliberalismo. Como mis amigos de la minoría de Los Verdes, pienso que la cuestión del medioambiente es tan central que no se puede contentar con un reajuste del sistema liberal y productivista.

P. ¿La idea de una candidatura unitaria de la izquierda antiliberal no está a punto de dar un patinazo?

R. No, la dinámica existe en el terreno militante con más de 300 colectivos de base. Ahora hace falta acelerar el proceso. Y pedir a ciertas corrientes políticas, que forman parte del mismo, que clarifiquen su posición.

El PCF no se ha decidido entre su alianza con el PS, con el riesgo que supone de perder su alma y su organización, o la unidad de las fuerzas aniliberales, tal y como desea mayoritariamente su electorado. La LCR, a su vez, afirma tener abierta la puerta para la unidad pero mantiene la candidatura de Oliver Besancenot. Es el momento de dejar de jugar al ratón y al gato. ¿Quieren o no candidaturas unitarias, no sólo para las presidenciales, sino también para las elecciones posteriores?

P. Marie-George Buffet [PCF] y Olivier Besancenot estiman que sus respectivas candidaturas son legítimas. ¿Usted piensa que está en mejor posición?

R. Es evidente que un candidato unitario a las presidenciales, que busque agrupar a las diferentes corrientes políticas y también a sindicatos y asociaciones, no puede ser el portavoz de tal o cual partido. Lo que pasó el 29 de mayo de 2005 con la victoria del no en el referéndum lo ha demostrado: hay una nueva dato ciudadan que puede trastocar las ecuaciones electorales clásicas.

El reto está en encarnar en las urnas el movimiento contra la drecha antisocial y a favor de una verdadera alternativa antiliberal. Queda elegir el o la candidata que puede agrupar mejor. Yo estoy listo para asumir ese papel en una dinámica de victoria y no sólamente testimonial, desarrollando una campaña colectiva que rompa con la lógica de la personalización.

Pero si cualquier otra persona resulta elegida, eso no me plantearía ningún problema; participaré a su lado en la campaña.

P. A menudo se le reprocha que esté demasidado polarizado en la lucha contra los transgénicos o la comida basura ¿Tiene un programa?

R. ¡Es verdad que treinta años de sindicalismo campesino forjan unos cimientos! Pero con la Confederation Paysanne fuimos los primeros en denunciar las lógicas de las deslocalizaciones en el modelo neoliberal. Y es evidente que no podremos ganar batallas contra la precariedad, el empleo o los servicios públicos sin cuestionar ciertos acuerdos internacionales.

P. Eso no es un programa presidencial con propuestas sobre el empleo, el salario mínimo, la fiscalidad…

R. El colectivo nacional para una candidatura unitaria trabaja por una plataforma electoral. Entre las medidas que se contemplan está el salario mínimo de 1.500 euros, de foma inmediata, y el cuestionamiento de las monstruosas diferencias retributivas mediante la supresión de las stock-options.

En cuanto al empleo, es imperativo instaurar un nuevo estatuto del asalariado que asegure una continuidad contractual entre los períodos de trabajo y de desempleo garantizando la remuneración y los derechos sociales. Esto debe acompañarse de un reforzamiento del control de los asalariados sobre la gestión de la empresa y del derecho de veto por parte de los sindicatos en las deslocalizaciones o las OPAs.

Finalmente, hay que regularizar a todos los ‘sin papeles’ facilitantdo un permiso de residencia de diez años. ¿Acaso hemos olvidado que Italia a reguralizado a 700.000 estranjeros en 2003 y España 600.000 en 2005 y ahora no podemos transigir hoy con 30.000 ‘sin papeles’ que tienen a sus hijos escolarizados? ¡¡¡Es indigno!!

P. El secretario general del Partido Socialista, François Holande, acaba de criticar el peligro de la multiplicación de las candidaturas [a las presidenciales] en la izquierda.

R. Hace falta un debate entre la izquierda que quiere romper con la lógica económica liberal y la que, al final, sólo aspira a hacer algunos cambios; ente la izquierda 100% de izquierdas y la que mira de reojo al centro. Si conseguimos la unidad de los antiliberales, podemos crear otra correlación de fuerzas entre esas dos izquierdas. ¡¡Y ganar!! Comprendo que eso pueda inquietar al PS…

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