El detective asesinado en Madrid investigaba a empresarios marbellíes

El primer detective asesinado desde que existe la profesión en España ha dejado atónitos a compañeros y profesionales. ¿Quién le mató? ¿Fue por alguno de los casos relacionados con la especualación inmobiliaria que llevaba entre manos?

El caso del detective privado asesinado en Madrid, Luis Hernández Bustamante, ha conmocionado a la sociedad española, no sólo porque es el primero asesinado en España desde que existe esta profesión, sino porque su cadáver fue hallado en un descampado cerca de la estación de Chamartín, tras varias horas de tortura.

Según informa Jesús Duva en El País, el fallecido fue hallado semidesnudo, amordazado con cinta adhesiva y maniatado con un cable eléctrico. Tras ser maltratado murió asfixiado con una bolsa de plástico en la cabeza. Ahora se trata de averiguar qué estaba investigando Hernández para que le costara la vida. Sus compañeros apuntan a un grupo mafioso o de narcos colombianos.

El fallecido siempre tuvo claro lo que quería hacer en la vida y creó la agencia Herbus. Tras 25 años de trabajo (tenía una de las licencias profesionales más antiguas de Madrid), la Asociación Profesional de Detectives de España le concedió el pasado octubre la medalla a la constancia en el congreso celebrado en Las Palmas.

Vivía en un modesto piso de protección oficial junto a la avenida Hermanos García Noblejas, y le encantaban los bocadillos de calamares. La víspera de su muerte, se cenó uno en un bar de la calle Alcalá, cerca de su casa. Parece que no llegó a dormir en ella.

La noticia saltó el sábado por la mañana cuando le echaron en falta en los recintos feriales de Ifema donde trabajaba, pues no era hombre de fallar a su puesto. Aunque sus compañeros de profesión creen que el crimen tiene «tintes de venganza», la Brigada Judicial de Madrid no tiene claro si fue asesinado por algún caso que investigaba o por algún asunto personal.

Su trabajo en Ifema para dar discreta seguridad a citas como Iberjoya, Fitur, SIMO, Cibeles… no parecía revestir ningún problema añadido. Aparte de su trabajo en las ferias, se ocupaba de lo habitual entre los detectives: rutinarios informes comerciales, infidelidades, divorcios, seguimiento a chicos con padres preocupados, bajas laborales con enfermedades fingidas…

Lo que más llama la atención, con la que está cayendo en Marbella, que Hernández investigó hace tres años a un grupo de empresarios inmobiliarios de Málaga. Más aún, en su caja fuerte guardaba documentos bajo el nombre de Marbella. ¿Tendrá algo que ver con su muerte?

Cabe destacar que el Grupo de Homicidios de Madrid aún no ha encontrado ni el automóvil de Hernández, ni su teléfono móvil ni su cartera. Los asesinos se lo llevaron todo.

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