(PD/Agencias).- Con una sola frase al final de lo que parecía un comunicado rutinario, el Banco Central Europeo (BCE) cerró este miércoles la boca a los que creían que la crisis de las hipotecas de alto riesgo iba a provocar un golpe de timón en la política monetaria.
«La postura del BCE quedó expresada por su presidente el 2 de agosto», dice el texto. Jean-Claude Trichet, el guardián del euro, había asegurado entonces que realizaría «una fuerte vigilancia» de los «riesgos inflacionistas», lo que todo el mundo interpretó como un anuncio de que el 6 de septiembre subiría los tipos de interés al 4,25%. Ayer dejó claro que mantiene sus planes.