Más de 70 ganadores de pisos de protección oficial pierden su vivienda por un error administrativo

(PD / Agencias).- Víctimas de una broma pesada es como se sienten 73 vecinos de diferentes barrios de Barcelona al saber que van a quedarse sin un piso de protección oficial de la convocatoria que abrió el Ayuntamiento de la Ciudad Condal en noviembre de 2006 después de resultar ganadores, y todo por un error administrativo.

Fueron incluidos en las listas que correspondían al sorteo de pisos en los barrios de Maresme-Besòs y Poble Nou, aunque ellos no residen en los mismos y por lo tanto, no cumplían el requisito de llevar cinco años empadronados. No obstante, no se extrañaron porque en su solicitud habían dejado constancia de esta circunstancia, marcando la casilla del ‘no’ en el apartado correspondiente al empadronamiento.

Por eso, cuando Juan Sants Roda, vecino del barrio de Gràcia, recibió la llamada en la que le anunciaron que había ganado un piso de protección oficial en el nº 1 de la calle de Pallars en el distrito del Maresme-Besòs, no podía imaginarse el disgusto que poco después iba a empañar su alegría.

«Tenía cita el uno de agosto para escoger el piso, pero cuando fui me exigieron que renunciase porque vivía en otro barrio», explicó a Europa Press Televisión, y ante la casa que le había correspondido en el sorteo. Además, añadió que al comprobar que no podría acceder al piso, quiso presentar un recurso pero el Consistorio le aseguró que la culpa era suya «por no haber comprobado las listas».

Otro de los afectados, Miguel Ángel Blanco, residente en el barrio del Bon Pastor, reconoció que cuando le llamaron para decirle que también era ganador de un piso en Maresme-Besòs pensó que «era verdad» porque había realizado todos los trámites correctamente y tenía claro que había marcado «un no en la casilla» en la que se preguntaba si estaba empadronado en el barrio.

Pocos días más tarde, descubrió que no podría acceder a su piso porque alguien había inscrito su nombre en la lista de personas empadronadas en el barrio. Miguel Ángel, que tendrá que continuar viviendo con sus padres porque no tiene un piso en el que independizarse, confesó sentirse «decepcionado e impotente» y señaló que «hubiera preferido no entrar en el sorteo».

Este vecino afirmó que actualmente el proceso está estancado, ya que los afectados no pueden presentar una denuncia hasta que no obtengan un documento del Ayuntamiento en el que se explique porqué no han recibido ningún piso.

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