(PD).- El Euríbor se mantendrá en márgenes «razonables», pero los inmigrantes y las parejas jóvenes verán crecer las dificultades para abonar las cuotas de la vivienda adquirida en tiempos mejores.
Los tipos de interés en la zona euro se mantendrán constantes a lo largo de 2008, por lo que el índice Euríbor registrará variaciones al alza o a la baja, pero dentro de unos valores similares a los que están vigentes en la actualidad, afirman fuentes financieras.
Afirma Ricardo Martín en Elsemanaldigital que asi que no será la devolución de los créditos hipotecarios lo que agrave la insolvencia de algunos segmentos de la población, sino la subida de los productos básicos y la escasez de empleo disponible, que será más escaso conforme transcurra 2008.
Haciendo caso omiso al criterio mayoritario de los analistas y de algunos comisarios europeos, el presidente del Banco Central Europeo (BCE), Jean-Claude Trichet, parece haber tirado la toalla en su pulso con los actuales gobernantes europeos: el empate técnico entre políticos y técnicos del BCE provocará la inacción, diagnostica Gregorio Mayayo, presidente de la Asociación Hipotecaria Española.
Sólo si la economía de Estados Unidos se deprime, y el resto del mundo es incapaz de tomar el relevo de la primera potencia mundial, se abrirían nuevos horizontes y los gobiernos estarían obligados a actuar; además del Banco Central Europeo, obviamente.
Los dos sectores más afectados
En España, siempre que no se agrave el contexto internacional, el riesgo más grave para la morosidad hipotecaria procede del aumento del desempleo, que será particularmente intenso en enero y febrero, cebándose en dos sectores muy concretos de la población: los inmigrantes y las parejas jóvenes.
Tanto unos como otros han aprovechado los bajísimos tipos de interés de los cuatro últimos años para adquirir una vivienda, endeudándose para los siguientes treinta y más años, con cuotas que sólo pueden sostenerse si el empleo es constante y los salarios mantienen el poder adquisitivo.
Estos colectivos sensibles –añade Mayayo-, o están vinculados al sector que ha sufrido el mayor impacto del declive económico –el residencial-, o tienen contratos renovables sin claúsulas de recuperación de un poder de compra, que está siendo laminado por la elevada inflación.
Para atender a sus obligaciones más elementales, los dos miembros de la pareja tienen que trabajar, y –según fuentes de IESE- las mujeres, más que los varones jóvenes, están padeciendo ya, junto a los inmigrantes, las restricciones de empleo que parecen trasladarse desde el sector inmobiliario a la industria y los servicios.
Morosidad: pequeña, pero en rápido aumento
De momento, la morosidad en 2007 se ha mantenido en tasas razonablemente bajas, aunque los juzgados madrileños –sin ir más lejos- han registrado un aumento interanual del 83% de las reclamaciones por impago de las hipotecas, situándose en 1203, frente a las 656 de 2006.
Recuerda el presidente de la Asociación Hipotecaria Española que la morosidad también viene aumentando en el conjunto de Europa en los últimos meses, aunque ni en la peor de las hipótesis analizadas la situación se asemejará a la vivida en EEUU con las hipotecas subprime.
De los últimos datos disponibles, se deduce que el importe medio de las hipotecas sigue aumentando a pesar de que el capital total prestado por las entidades financieras mantiene la tendencia bajista registrada desde septiembre de 2007; y también disminuye el número total de viviendas hipotecadas, señal inequívoca de que los inversores dan la espalda al valor inmobiliario y quienes buscan vivienda para habitarla retrasan su decisión de compra a la espera de que se aclare el panorama económico… y político.
