(PD).- La crisis del sector inmobiliario está sacudiendo a grandes fortunas como la de Paco «El Pocero» y su residencial mesetario, donde los precios caen en picado pero las ventas no llegan.
«Vendo», «Residencial Francisco Hernando» y «Seseña». Si uno escribe esos términos clave en cualquier buscador de Internet podrá encontrar cientos de pisos en venta casi a precio de saldo. Sus dueños, en muchos casos inversores, quieren quitárselos de encima. Apenas cinco meses después de entregarse las primeras viviendas en la macrourbanización de Francisco Hernando, Paco El Pocero, en Seseña, los inmuebles a la venta inundan los portales de la red de redes especializados en traspasos de pisos.
En Pocerolandia, tal y como se conoce sarcásticamente a la urbanización dormitorio nacida en medio de la nada pero a 40 kilómetros de Madrid, apenas viven 500 familias. Menos de la mitad fue el número que se manifestó este sábado ante el Ayuntamiento de la localidad para reclamar una serie de mejoras tan básicas como la recogida de basuras o el servicio de autobuses, pero también que el acceso a la urbanización sea asfaltado. Y eso que Hernando aspiraba a que la Renfer pasase delante de la puerta y llevar a los vecinos un El Corte Inglés.
Pero poca presión parece ejercer el vecindario. Son pocos, pero además desde el pasado octubre los pisos no se venden. La crisis del ladrillo se deja notar en la urbanización de Paco El Pocero. Según ha comprobado Elsemanaldigital.com, los precios han bajado hasta un 30% y aun así los compradores no aparecen. Existen 2.000 viviendas construidas a la espera de habitantes, pero las ventas están congeladas y los carteles de Se vende forman parte habitual del paisaje.
A Francisco Hernando le han salido competidores en la propia urbanización entre los propietarios-inversores, que en muchos casos no ocultaron cuál era su intención inicial cuando adquirieron esas propiedades: puro negocio. El cambio del ciclo inmobiliario, la sobreoferta de viviendas, y la subida del euribor hacen que tanto los inversores como el propio Paco El Pocero se las vean y se las deseen para colocar tanto ladrillo. Parón en seco de las ventas y construcción a medio gas.
La urbanización de El Pocero tenía proyectadas en un inicio 13.508 viviendas, aunque solamente 5.000 contaban licencia de edificabilidad. De momento, se desconoce si el promotor empezará a posponer la idea de levantar su particularísimo «paraíso de la meseta castellana» en medio de la nada. Por cierto, de lo que nada se sabe tampoco es de cierto sorteo de hipotecas gratis anunciado durante semanas a bombo y platillo a través de los medios de comunicación.
