(PD).- En 1931 se inauguró en pleno centro de Moscú el complejo residencial más grande y moderno de Europa. Equipado con todo lujo de instalaciones y servicios, se podría decir que era una ciudad dentro de otra.
Como nos cuenta Mezvan, los destinatarios de sus exclusivos apartamentos serían los más destacados miembros de la élite soviética.
Pero lo que empezó siendo un sueño acabaría en pesadilla: en pocos años una tercera parte de sus residentes caerían víctimas de las purgas de Stalin, convirtiendo el edificio en todo un símbolo de ese oscuro período de represión.