(PD/EFE).- El último proyecto promovido por el magnate inmobiliario Donald Trump ha conseguido captar de los inversores españoles, tanto de particulares como de empresas, un capital de alrededor de 98,5 millones de euros (150 millones de dólares).
«Los españoles están inundando Manhattan», afirmó hoy en un encuentro restringido con la prensa el empresario, quien subrayó las oportunidades que para el inversor español supone el mercado estadounidense, dada la fortaleza del euro con respecto al dólar.
Esta es una de las razones que explica que el 15 por ciento de las habitaciones del hotel de lujo Trump SoHo, todavía en construcción y cuyos precios oscilan entre 850.000 y 1,7 millones de euros, hayan sido vendidas a particulares y empresas españolas.
También influye el hecho de que el inversor español tiene menos inconvenientes que el comprador local en adquirir una propiedad sobre plano, algo que era muy común en España hasta que hace un año comenzó la desaceleración del sector inmobiliario residencial.
El parón del mercado de la vivienda español es otra causa determinante de la salida de capital que busca en los bienes inmuebles de otros países un refugio frente a la volatilidad de los mercados bursátiles.
Los últimos datos del Banco de España (actualizados hasta noviembre de 2007) muestran que en el último año la inversión hecha por españoles en la compra de inmuebles en el extranjero ha crecido el 43,7 por ciento, hasta 2.937 millones de euros.
La compañía del multimillonario estadounidense confía en que parte de ese dinero que sale al exterior se destine al Trump SoHo, que cuenta con un modelo de comercialización novedoso, al mezclar el negocio hotelero con el residencial.
El hotel, que comenzará a funcionar a partir de marzo de 2009, tiene 400 habitaciones que pueden ser adquiridas por quienes tengan un mínimo de 170.000 euros, ya que el acuerdo de compraventa implica el abono de una señal en efectivo del 20 por ciento del precio total, en tanto que el resto se paga al hacer la escritura de propiedad.
Hasta el momento se ha vendido el 53 por ciento de las habitaciones, cuyos dueños tendrán derecho a disfrutarlas un total de 120 días al año, aunque no podrán ocuparlas durante más de 29 jornadas consecutivas.
El resto del año la habitación es alquilada, gestión por la que los administradores del hotel cobran a los propietarios una comisión del 3,75 por ciento sobre el precio que paga el inquilino.
Por exigencias del supervisor bursátil (SEC, por su siglas en inglés), ni Trump ni sus socios en la promoción de este hotel -las inmobiliarias Bayrock y Sapir- quisieron hacer previsiones de ingresos futuros del Trump SoHo.
No obstante, señalaron que informes de diferentes consultoras apuntan a un precio medio por noche para los hoteles de lujo de Manhanttan de alrededor de 655 euros (1.000 dólares) y a una ocupación hotelera media del 86 por ciento, lo que les proporciona buenas perspectivas de negocio.
La oposición que la construcción de un hotel de 46 plantas ha despertado entre los vecinos del barrio neoyorquino del SoHo, donde los edificios son bajos, no preocupa a Trump, que prefiere resaltar que las vistas de su hotel serán «únicas» en la ciudad.
En este barrio la altura máxima para edificios de viviendas es de 16 plantas, una norma que no afecta al Trump SoHo por su carácter mixto (hotel y residencial), si bien los vecinos reclaman a las autoridades locales una norma que limite la altura de todo tipo de edificaciones, algo que terminaría favoreciendo el carácter único del hotel de Donald Trump.
