(PD).- Mientras que la temporada de verano sigue abierta y los jugadores de los distintos equipos de fútbol ya están concetrados, en el Atlético de Madrid lo que preocupaba era la situación de su emblemático estadio, el Vicente Calderón.
Martinsa-Fadesa, entidad que presentó el concurso voluntario de acreedores y una de las empreasas que formaba el consorcio de explotación de la operación urbanística Mahou-Vicente Calderón, se declaró el pasado mes de julio en suspensión de pagos. Pero el problema lo ha solucionado FCC. Esta compañía constructora, cuya presidenta es Esther Koplowitz, asumirá el desarrollo que se encuentra bloqueado en el Ayuntamiento de Madrid. “FCC es una de las alternativas que barajamos”, ha confirmado a El Confidencial Miguel Ángel Gil Marín, consejero delegado del Atlético de Madrid.
La historia del Calderón se remonta a tiempo atrás, cuando el boom inmobiliario era más que evidente, pero ahora las cosas han cambiado y Martinsa-Fadesa se encuentra en peor situación que el propio Atlético de Madrid cuando llegó a la decisión de vender el estadio para aliviar sus deudas.
El proyecto, que actualmente llevará a cabo FCC, consiste en recalificar los terrenos que ocupan el estadio y la cervecera Mahou junto al río Manzanares, construir en lugar del campo un lago y una gran zona verde y trasladar el ladrillazo a la parcela colindante de 175.000 metros cuadrados de la Mahou y, finalmente, soterrar la M-30 a su paso por la zona. Asimismo, el Atlético de Madrid tendría un nuevo estadio ofrecido por el Ayuntamiento de Madrid, La Peineta, lo cual ha enfurecido a la afición atlética.
Pero el problema no sólo se queda ahí, ya que en julio del año pasado el alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón, firmaba con el Atlético de Madrid y Mahou un “protocolo de intenciones” para “el desarrollo urbanístico del ámbito Mahou Vicente Calderón”. Sin embargo, el convenio definitivo aún no se ha firmado ni está previsto que se firme a corto plazo. Por lo que los problemas no cesan.
El «protocolo de intenciones» preveía una cesión de aprovechamiento lucrativo del 10% de la edificabilidad lucrativa total del ámbito libre de cargas. En consecuencia, sobre la totalidad de la edificabilidad prevista, la cesión de aprovechamiento lucrativo se cifró en 17.536 metros cuadrados. Dicho 10% le correspondió al consorcio RTM, creado en 2004, con el fin de explotar el futuro suelo recalificado en forma de viviendas a cambio de 22,6 millones de euros. Supuestamente, el convenio definitivo no se firma por la discrepancia entre Hacienda y Vicealcaldía –quienes están de acuerdo en los términos con el club- y Urbanismo, que se cierra en banda a dar luz verde al acuerdo por considerar exageradas las plusvalías del equipo de fútbol.
RTM y Caja Madrid
Como hemos mencionado con anterioridad, a el consorcio RTM le correspondía un 10% de edificabilidad para explotar el futuro suelo recalificado en forma de viviendas a cambio de 22,6 millones de euros. ¿Quién hay detrás de RTM? Según el Registro Mercantil, los accionistas de RTM eran Andria Inversiones Inmobiliarias -empresa presidida por el empresario Marc Rich-, con un 33,33%; la atribulada Martinsa-Fadesa, presidida por Fernando Martín, con un 28,32%; y Caja Madrid y el imputado en la Operación Malaya, Ventero Muñoz, presidente de Vemusa, con sendas participaciones indeterminadas. Además, también se encuentran vinculados a este consorcio personajes tan conocidos como Lalo Azcona, a través de Doble A Promociones y Fernando Fernández Tapias.
Por su parte, a la entidad bancaria según publicó El País el pasado 17 de julio tendría un derecho preferencial sobre la financiación de la edificación de todo el ámbito. Si no prosperaba la operación urbanística, el club tendría que devolver el dinero a las entidades. El préstamo recibido por el consorcio y Caja Madrid estaba avalado con los ingresos de televisión del club”. Un detalle que no ha pasado desapercibido por nadie es que FCC comparte con Caja Madrid parte del accionariado en la inmobiliaria Realia a través de RB Business Holding, SL.
En defintiva, esta noticia es un aliciente para los aficionados rojiblancos que todavía podrán gozar de su estadio pero el futuro del proyecto Mahou-Calderón sigue en el aire.