(PD).- Los excesos se pagan. España no ha desarrollado un amplio mercado hipotecario fuera del balance de la banca y del control regulatorio, como EE UU. Pero organizaciones de consumidores sí denunciaron durante el boom la laxitud de las entidades financieras en la concesión de hipotecas, así como prácticas que consideraron, cuanto menos, abusivas.
A miles de ciudadanos, por ejemplo, hoy no les basta con devolver las llaves de su casa para cancelar la hipoteca. El piso ha perdido valor, y además de entregar su vivienda, deben cubrir con el resto de su patrimonio la parte que el banco no podrá recuperar con el piso.