Rivero atribuye la demanda de Metrovacesa a una «cortina de humo» para tapar sus «enormes» pérdidas

El ex presidente de Metrovacesa Joaquín Rivero atribuyó hoy la acción social de responsabilidad anunciada por la sociedad por supuestas irregularidades durante su gestión a una «cortina de humo» con la que los actuales administradores pretenden «desviar la atención» sobre las «enormes» pérdidas registradas en 2009, superiores a los 800 millones de euros, y sobre las «numerosas» salvedades apuntadas por los auditores.

En rueda de prensa, Rivero defendió que en su periodo de 14 años como presidente de empresas cotizadas nunca ha tenido «ni una sola salvedad ni en la gestión ni en las cuentas», al tiempo que destacó que ha mantenido «impecable» la parte francesa de Metrovacesa, de cuyos dividendos «se nutre» el grupo.

El empresario, que calificó la acción de responsabilidad de «absurda y sinsentido», dijo tener conocimiento de las supuestas irregularidades denunciadas por la compañía desde noviembre de 2009, cuando recibió una carta del consejero delegado, Eduardo Paraja, con tres reclamaciones relativas a operaciones de entre 2003 y 2007.

«Son tres reclamaciones, de las que dos no existen», señaló Rivero quien consideró «poco razonable y poco transparente» la actuación del actual consejero delegado.

El empresario, quien dijo sentirse perseguido por Paraja, acusó al ejecutivo de pretender «judicializar» los asuntos de la compañía por «desconocimiento» de la actividad inmobiliaria y censuró la venta de propiedades «en malas condiciones».

«Este nuevo gestor va a hacer bueno a los anteriores», criticó, antes de señalar que sopesa comprar acciones de Metrovacesa para aclarar estos asuntos en la próxima junta general.

Rivero detalló que Metrovacesa le reclama un préstamo de 850.000 euros concedido por Bami a Belmardos, una sociedad que fundó Rivero pero en la que ya no participa y en cuyo balance «no figura esta deuda». A juicio de Rivero, la inmobiliaria debería presentar en los tribunales una reclamación de cantidad contra Belmardos.

También hizo referencia a la operación «frustrada» con la sociedad Eusko Levantear Eraikuntzak II para la compra de un terreno en Marbella por valor de 50 millones de euros. Según la inmobiliaria, la sociedad devolvió el dinero, pero no los intereses, mientras que Rivero sostiene que el contrato se cerró con acuerdo entre las partes sin ningún tipo de reclamación.

UNA «MALA DECISION».

En la única operación que el ex presidente de Metrovacesa reconoce que pudo haber una «mala decisión» es en la correspondiente a unos bonos convertibles con la sociedad Stratum, que, según explicó, era un vehículo utilizado por Metravesa y Gecina para hacer inversiones conjuntas, entre ellas inversiones bursátiles.

Rivero destacó que Metrovacesa obtuvo 21 millones de plusvalías con las órdenes de venta dictadas cuando él formaba parte de la gestión, mientras que otro paquete de títulos generó minusvalías por 40 millones de euros porque no se ordenaron liquidar antes de que se produjese el «derrumbe» de la Bolsa. Entre los títulos que generaron pérdidas, afirmó que se encontraban valores de Eiffage.

«Me extraña esta situación, que ni comparto ni acepto», sostuvo Rivero, quien recalcó que los actuales gestores pretenden desviar la atención sobre una auditoría que refleja que el grupo presenta patrimonio neto negativo y que el 50% de la deuda puede ser ejecutada por los acreedores por incumplimiento de las condiciones pactadas.

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