Un roto que ha aupado al 6,93% la morosidad total de la Banca
Entre la Banca española se ha extendido el sentimiento de servir de chivo expiatorio a Europa por las nuevas andanadas de Bruselas, ubicando en el país a siete de las 16 entidades supuestamente infracapitalizadas, y del Fondo Monetario Internacional (FMI), que aconsejó auditar el sector para sacudirse las sospechas.
La reacción del Gobierno, del Banco de España y del sector fue, al unísono, furibunda negando la mayor.
Si alguien necesita capital por la crisis de Grecia, apuntaron desde el sector, serán las entidades que sufran quitas con la reestructuración de la deuda helena (las mayores inversoras con las griegas, chipriotas, alemanas y galas).
Pero el sector es consciente de que tiene dos debilidades exógenas difíciles de revertir y devoran recursos que exigen ir reponiéndolos: una economía que ni despega ni da tregua en términos de impagos y la pérdida de valor de los inmuebles, que alojan en sus balances.
El director general de Regulación del Banco de España, José María Roldán, reconocía la pasada semana en Londres una aceleración del ajuste inmobiliario. El precio de la vivienda ha retrocedido un 22% entre 2007 y junio pasado y el del suelo un 31,5%.
«Las entidades necesitan tiempo para digerir esta exposición», cuya corrección continuará «en el próximo año», reconoció Roldán.
Las dificultades se han hecho evidentes en los últimos meses: la morosidad ligada a créditos a inmobiliarias escaló al 17,79% en junio frente al 15,2% de marzo y el 11,2% de un año atrás, que compara terriblemente con el 0,53% de 2007.
Son 54.889 millones en préstamos con al menos tres cuotas sin cobrar y la cifra se eleva a 70.428 millones si al inmobiliario se suman el préstamo constructor.
Un roto que ha aupado al 6,93% la morosidad total de la Banca, por otro lado muy mitigada gracias a que las familias son buenas pagadoras hipotecarias -la morosidad ahí ha bajado, incluso, al 2,5%, menos de la mitad de la sufrida, por ejemplo, por la Banca de EE UU-.
Es preocupante, pero ¿un roto insalvable, que obligue una recapitalización global?
En los tests de estrés de julio, las entidades tuvieron que averiguar si disponían de capital suficiente para encajar, entre otros problemas, una caída del 30% en el precio de las viviendas desde sus máximos y del 60% en el suelo.
La simulación, hecha para el bienio 2011 y 2012 y con otras hipótesis, como dos años de recesión económica, concluía que los activos promotor y adjudicados se deteriorarían en 65.9 00 millones y el sector no precisaría capital extra.
Entidad a entidad, el peso del crédito problemático oscila entre el 13,5% y 1,2% de sus activos y tiene detrás un «colchón» de provisiones que cubre entre el 24,8 y 56% de dicha financiación, detalló Roldán.
Si el crédito va a pérdidas, lo primero que engulle son esos colchones y luego el capital si la entidad es incapaz de acumular más recursos.
Se pueden acumular vía beneficios, pero no ayuda que la economía siga aletargada para hacer negocio. Tampoco ayuda el cerrojazo de los mercados para ampliar capital.
Y, sin embargo, el sector ha sido capaz de aumentar su capital en 130 puntos desde 2008 -pasa del 6 al 8%-, según el Banco de España.