La asfixia del mercado inmobiliario neoyorquino ha llevado a sus dueños a reducir el precio del inmueble un diez por ciento
Rastrear el destino inmobiliario de la residencia de un difunto ilustre es un clásico en la cultura estadounidense. Hace apenas una semana que conocíamos la venta del chalé donde Cheeverescondía con pericia su mueble-bar, como ya sucedió años atrás con el arrollador apartamento -a la imagen de su dueño- que alojó a Norman Mailer. Ahora es el exuberante ático de Frank Sinatra en Manhattan el que se pone a la venta por cerca de 5 millones de dólares.
EL RAT PACK SE LO PASÓ DE MIEDO ALLÍ
Repartido en tres plantas con una superficie conjunta de 3200 metros cuadrados, el inmueble sirvió de escenario al potencial etílico del Rat Pack -aquella tuna con clase que reunió a «La Voz» con Dean Martín, Sammy Davis Jr, Peter Lawford y Joey Bishop- y recibía regularmente a invitados del peso icónico de John F. Kennedy, Marilyn Monroe o el espectral Andy Warhol, que adjucaría al lugar la etiqueta de «gruta reluciente».
Tambaleante tras su divorcio de Ava Gardner, Sinatra se instaló entre sus tabiques en el verano de 1957, y rediseñó el espacio a su gusto en la línea festiva de aquellos «bachelor» -graduados solteros- que poblaban las comedias de Doris Day y Rock Hudson. Al margen de su agenda social, Sinatra orquestó sesiones de grabación en el apartamento hasta 1972, fecha en la que decidió vender el ático a su dentista personal.
Y buenas noticias. La asfixia del mercado inmobiliario neoyorquino ha llevado a sus dueños a reducir el precio del inmueble un diez por ciento. Con casi 2000 metros cuadrados de terrazas, la propiedad cuenta con cuatro dormitorios y, en una reveladora desproporción, seis cuartos de baño. El Rat Pack podía respirar tranquilo.