No hay manera. Y eso que es muy maja. Por mucho que se empeñe el Ministerio del Interior austríaco nadie da un paso al frente.
Y es que la casa natal de Adolf Hitler, la misma que le vio nacer en 1889 y que cuenta con 800 metros cuadrados de historia y algo más, busca inquilino desde hace 3 años.
Ocuparla saldría por 4.600 euros mensuales. Se ubica en Braunau, en la frontera con Alemania, pero ni por esas.
El edificio fue alquilado en 1972 por el Estado para evitar que se convirtiera en un lugar de peregrinaje neonazi.
Sus actuales dueños, de quienes no se reveló la identidad, rechazaron hace poco la propuesta del Estado y la Municipalidad de alojar una universidad popular y un centro caritativo de ayuda a los inmigrantes, por lo que optaron por conseguir inquilinos.
DERECHO A VETO
El arrendamiento firmado en 1972 estipula que el edificio sólo puede ser utilizado para actividades «socio-educativas» y concede, además, un derecho de veto a la propietaria sobre la elección de los ocupantes.
En el pasado, la casa albergó un centro de formación de aprendices y un taller para minusválidos. Ese y otros intentos de resignificarla, llevaron al municipio de Braunau-am-Inn a colocar allí, en 1989, una placa conmemorativa, grabada en una piedra extraída de la cantera del campo de concentración de Mauthausen, para alertar contra el fascismo.
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