El rascacielos lleva dormitando desde 2006

Los planes del chino Wang Jianli para resucitar el Edificio España chocan con la tontería de Podemos

Los planes del chino Wang Jianli para resucitar el Edificio España chocan con la tontería de Podemos
Wang Jianlin. PD

Entre el bullicio y el ajetreo de la Gran Vía madrileña, los turistas y viandantes se asombran ante el silencio y el sosiego de uno de los edificios más emblemáticos de la ciudad y miran extrañados a través de los cristales de unas puertas cerradas.

El Edificio España lleva dormitando desde 2006.

Los planes de sus nuevos dueños, el grupo Wanda, para devolverle la vida chocan con la ley, los vecinos y, sobre todo, con las tonterias del nuevo ayuntamiento de la capital de España, presidido por Manuel Carmena y controlado por Rita Maestre, Zapatada , Murgui y los indocumentados de Podemos (Podemos, Colau, Carmena y Cia quedan fatal en su burdo intento de instrumentalizar el hambre).

Se trata del Edificio España, levantado por los arquitectos españoles Julián y José María Otamendi entre los años 1948 y 1953 y ahora propiedad del grupo chino Wanda después de que esta empresa abonara 265 millones de euros al Banco Santander por su compra (¿De quita y pon? Wanda ve inviable salvar la fachada del Edificio España: propone demolerla y reconstruirla ).

El que fuera el octavo edificio más alto de la capital con sus 26 plantas, 117 metros de altura y 65.000 metros cuadrados, albergaba hasta el año 2006 en su interior un centro comercial, un hotel con 360 habitaciones, viviendas, apartamentos, oficinas y una terraza jardín con piscina; ahora es un edificio vacío y en malas condiciones a la espera de una decisión.

El Edificio España, que comenzó a ser habitado en 1954, posee 26 plantas más dos subterráneas, 26 ascensores y tres montacargas, diez escaleras de incendio y siete escaleras que permitían llegar a cualquier parte del edificio (¿De quita y pon? Wanda ve inviable salvar la fachada del Edificio España: propone demolerla y reconstruirla ).

La zona sur estaba ocupada por el Hotel Plaza, con más de 500 camas, comedores, salones y un gran espacio para fiestas; mientras que en la zona central se encontraban los 184 apartamentos y la zona norte la componían 300 oficinas comerciales.

En el ultimo piso, un restaurante con terrazas y una piscina de 3 metros de profundidad para uso exclusivo de los residentes.

A principios del siglo XXI, y tras el inicio de una restauración de la fachada, el Edificio España fue abandonado.

Derribarlo por completo y reconstruir la fachada

Ahora el propietario chino Wang Jianli tiene en mente el proyecto de reabrir el edificio y volver a construir en su interior un hotel, un centro comercial y viviendas de lujo, pero quiere derribarlo por completo, algo que la ley actual no le permite.

Para ello pidió permiso a la anterior corporación en el Ayuntamiento, quienes rebajaron el nivel de protección de grado 2 a 3, lo que suponía que el edifico podía ser derruido pero manteniendo todas las fachadas salvo la trasera; sin embargo Jianli no quedó conforme.

Sus técnicos argumentan que reconstruir el edifico sin derribar también la fachada es inviable ya que esto podría afectar a la seguridad de éste, así que el empresario chino se compromete, si finalmente recibe el permiso, a volver a construirlo haciendo una copia idéntica.

Los vecinos, por su parte, se han mostrado desde el principio a favor de la recuperación de la Plaza de España pero se niegan a que esta construcción sea demolida y piden salvar el edificio tal como está, con sus cuatro fachadas -no solo la principal-, rehabilitarlo por dentro y que vuelva a tener la actividad que tenía hace unos años.

Los residentes de la zona se han movilizado organizando una recogida de firmas -tienen más de 68.000- y están intentando reunirse con los responsables de todos los partidos políticos para hacerles entender su postura.

La misma que tiene la Asociación de empresarios de Gran Vía, quienes desean que las obras se realicen con absoluta seguridad pero sin cambiar las partes exteriores.

El Ayuntamiento de la capital no está dispuesto a transigir en el cumplimiento de la legalidad y niega que vaya a realizar una consulta ciudadana sobre el futuro del edificio al estar claro, según la ley y los informes técnicos municipales, que la fachada se tiene que mantener.

Desde el Colegio de Arquitectos de Madrid sí que piden que el futuro del inmueble se someta a un debate público entre los vecinos, arquitectos, técnicos y empresarios, a la vez que entienden al propietario y la dificultad de acometer esa obra manteniendo las fachadas.

A la espera de ver quién gana esta batalla, lo único que queda por ahora es un emblemático edificio vacío, sin la vida que logró tener en la década de los 50.

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