Seguro que te será de gran utilidad. Durante décadas, hemos arrastrado el concepto de cuarto de baño de toda la vida, sin atrevernos a innovar en su diseño como sí ha pasado con otras estancias del hogar como la cocina, sin ir más lejos. Sin embargo, el cambio de paradigma del baño parece ir calando en la mente de los hogares que comienzan a demandar soluciones diferentes, de gran calidad, que generen mayor bienestar y que realmente hagan la vida más fácil, según recoge el autor original de este artículo Jorge Tornero. Director Técnico de Geberit en fotocasa y comparte Francisco Lorenson para Periodista Digital.
En esta línea, una de las tendencias que ha llegado para quedarse es la de las cisternas empotradas, pues crean una estética nueva, permiten ganar espacio, generan sensación de amplitud y consiguen un baño sin rincones que resulta más fácil de limpiar. Por no hablar de que ofrecen más versatilidad en el diseño y un consumo de agua más eficiente y responsable. Ahora bien, a pesar de todas estas tangibles ventajas todavía hay en torno a ellas falsas creencias que nos proponemos desmontar.
Las obras y el mantenimiento
Una de las preocupaciones fundamentales que surgen a la hora de instalar una cisterna empotrada son las obras. El hecho de que toda la tecnología se esconda detrás de la pared, dejando a la vista únicamente el pulsador, hace preguntarse a más de uno cómo se integra ese ‘sistema invisible’ y qué hacer si este se estropea.
No hay que preocuparse por eso, no habrá que “picar la pared”. Su mantenimiento no necesita obras, ya que al mecanismo de la cisterna se accede fácilmente a través del hueco del pulsador que activa la descarga y sin necesidad de utilizar herramientas.
Más opciones de diseño
Lo único que queda a la vista en una cisterna empotrada es el pulsador para la descarga del agua. En contra de lo que suele pensarse, existe un amplio rango de diseños y modelos que, además, incorporan innovadoras funciones como el módulo de eliminación de olores o la descarga que se activa electrónicamente, por sensor de infrarrojos, sin necesidad de tocar nada.
Existen incluso modelos que se pueden personalizar al gusto del usuario, revistiéndolos con el mismo material que cubre la pared o con lo que se prefiera, desde una foto, a un vidrio de colores, pasando por madera, materiales textiles, etc. ¡Todo dependerá de la imaginación de cada uno!
El consumo de agua
¿Más derroche de agua que una cisterna vista convencional? ¡Para nada! Además de su facilidad de mantenimiento, las cisternas empotradas son también muy eficientes en cuanto al ahorro de recursos, garantizando siempre un consumo responsable.
Y es que permiten, por ejemplo, ajustar el volumen de descarga a tan solo 3 litros de agua para la media descarga y 4,5 litros en el caso de la descarga completa, frente a los 6 litros de las soluciones tradicionales. Estos sistemas son un referente en cuanto a ahorro en el consumo de agua y, si eliges las mejores marcas, verás que obtienen las mejores notas en la etiqueta WELL de eficiencia energética.
El espacio y el ruido
Otro motivo que hace que muchas personas duden sobre instalar una cisterna empotrada es el espacio. Pues bien, los diferentes modelos del mercado ayudan a ganar espacio y aportan sensación de amplitud al esconder esos valiosos centímetros de la cisterna vista detrás de la pared. Con una cisterna empotrada, puedes ganar hasta 15 cm en tu baño.
Igualmente, estas soluciones al estar dentro de la pared, minimizan el ruido de llenado y de la descarga de agua, garantizando un entorno más silencioso y confortable, algo muy valioso cuando frecuentamos el baño por la noche o tenemos visitas en casa.
Un sistema estable
¿Son seguras y estables? Por supuesto. Esta tecnología detrás de la pared está instalada con un bastidor de acero que permite regular la altura del inodoro y soportar sin problema todo el peso de la taza y el usuario.
Adiós a los falsos mitos. Las cisternas empotradas son una solución silenciosa, fácil de instalar, de consumo eficiente y fácil mantenimiento. Son la solución perfecta para ahorrar espacio, facilitar la limpieza y hacer del baño una estancia funcional, ejemplo de tecnología y diseño.