El Tocadiscos de Biegler

Pablo G. Vázquez

Quedar bien con la progresía blanda

Hasta hace relativamente poco  tiempo no lograba comprender la motivación por la que un numeroso (y para nada desdeñable) conglomerado de artistas, músicos, intelectuales, periodistas y escritores sostenían posiciones tan irracionales ante determinados asuntos sociales.

Hoy, sin embargo, ya tengo la convicción personal de que dichas actuaciones no eran tan irracionales e imprevistas como semejaban a primera vista, antes al contrario, estaban perfectamente calculadas por mentes brillantes para alcanzar el fin con ellas perseguido: quedar bien con un segmento poblacional relevante, esto es, con LA PROGRESÍA BLANDA.

Un último ejemplo lo tenemos en lo acaecido hace pocas horas con la líder de Ciudadanos en Cataluña (Inés Arrimadas) en las RRSS.

Los hechos son los siguientes (para los que no se hayan aún enterado). Durante la intervención de Inés Arrimadas en un debate televisivo, una señora (de nombre Rosa Mª. Miras Puigpinós) en su perfil de Facebook publicaba literalmente lo siguiente: «Sé que me van a llover las críticas por todos lados, sé que lo que voy a decir es machista y todo lo que se quiera, pero escuchando a Arrimadas en el debate de T5 solo puedo desearle que cuando salga esta noche la violen en grupo porque no merece otra cosa semejante perra asquerosa».

Horas después, en su perfil de Twitter, Arrimadas reproducía tan bonito mensaje contestando con el siguiente y escueto comentario: «Aquí una muestra clara de odio. Voy a denunciar a esta señora. No solo por lo q me dice a mí sino por todas las mujeres que han sido violadas».

Pues bien, acto seguido saltan a la arena mediática estas (y otras) mentes brillantes despellejando a Inés Arrimadas por provocar directamente el «linchamiento» mediático de la señora Puigpinós. Que si la Puigpinós tiene derecho a la intimidad, que si no hay derecho a que la despidan de su trabajo, que si no hay derecho a que la contesten etc…

Entre esas mentes brillantes leo, de entre los más vehementes contra Arrimadas, a Nacho Escolar, Antonio Maestre y a Juan Soto Ivars etc…

Pues bien, ante estos hechos, yo me pregunto lo siguiente:

1º) ¿Qué dirían Escolar, Maestre e Ivars si en vez de Arrimadas esto los hace Irene Montero, la novia de Líder Supremo Podemita?. Todos sabemos que no dirían lo mismo (y ellos, los primeros).

2º) ¿Qué derecho a la intimidad puede tener una persona que injuria a otra tan gravemente pidiendo que, por el mero hecho de que no piensa como ella, la violen en grupo? (podía desearle que se rompiera una pierna, o que no le tocara la lotería, pero no, desea que la violen varias personas a la vez y uno detrás de otro).

3º) ¿Quién o qué está provocando el linchamiento de Puigpinós, sus propias palabras o Arrimadas?. ¿Por qué ante una cuestión de violencia de género no puede Arrimadas sacarlo a luz y defenderse públicamente?.

4º) ¿No está esta tipeja alentando el linchamiento y el torrente de comentarios sexistas y violentos contra Arrimadas por sus deseos de que ésta sea violada en masa?.

5º) ¿Por qué se centra el foco en la improcedencia del despido laboral de Puigpinós tras estas manifestaciones y no sobre si es admisible que alguien desee este tipo de cosas a otras personas por el mero hecho de no pensar igual?.

6º) ¿Por qué Twitter es muy malo solo cuando nos interesa y otras veces está fetén?.

7º) ¿Por qué la que insulta tiene más defensores que la insultada?.

8º) ¿Por qué la «pena del telediario tuitera» es obligada para unos y para otros ha de estar vedada?.

Bueno, para mí es evidente que:

  • Si por pensar distinto alguien desea en público que seas violada repetidamente y en grupo, esta persona merece, no solo un reproche legal evidente, sino también uno social aún mayor. Cuidadito con desear lo malo a alguien que no piensa como tú, ello es indicativo de que eres un inquisidor totalitario (un fascita, que le llaman ahora). Yo no pienso como Anna Gabriel, y no por ello la deseo su violación grupal, o su muerte.

 

  • Que haya «voces autorizadas de la cultura» que rebajen los entrañables deseos de Puigpinós para con Arrimadas poniendo la crítica en la actuación de la insultada es ir muy lejos en la proposición del «quedar bien con la progresía blanda», y los convierte en cómplices encubiertos del totalitarismo definido anteriormente. Cuidadito.

 

A cuidarse, meus.

PGV.

 

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Pablo G. Vázquez

Analista Investigador Derecho / Sociedad / Política / Economía

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