La mujer arriba y un martini muy picante

Ésta es una de las manías de Penélope Cruz en Woman on top, película que nos sumerge en el emergente mundo de la cachaça brasileña y sus combinaciones. Veamos cómo.

“Vamos a casa a perdernos” le dice a Penélope Cruz su mejor amiga, Mónica, en realidad, un travestí negro de l abella ciudad de Salvador de Bahía que emigró a San Francisco, y con quien ha realizado un programa de cocina de gran éxito “Comida Apasionada”.

En la película “Woman on top”, la primera película en inglés de la directora venezolana Fina Torres, realizó nuestra actriz internacional su primera cinta como protagonista en Estados Unidos. En ella interpreta a Isabella, una chica brasileña con un don especial para la cocina, y con algunos problemas, como no poder viajar en vehículos si no los conduce ella y, de ahí el título del filme, no poder hacer el amor salvo situándose siempre ella encima. Lo que no satisface a su marido, con quien regenta el restaurante Yemanyá, “el restaurante más famoso de Brasil”, que rinde homenaje a la diosa del mar, de tanta importancia en la película, y a la que también ofrece flores en la playa nuestro aclamado director Pedro Almodóvar, cuando va a la casa del cantante Caetano Veloso. Fue allí donde escribió el manchego el guión de “Todo sobre mi madre”, así que igual su primer Oscar ha sido debido a la venerada diosa del mar o a la suerte que dice darle la casa del cantante.

Perdidas por la cachaça El caso es que la pérdida de Isabella y Mónica es completa, dando buena cuenta de sucesivas botellas de cachaça, el fuerte aguardiente de caña brasileño, apareciendo finalmente las dos tumbadas en el suelo, rodeadas de botellas vacías. No siempre es tan contundente el uso de la cachaça en la película, pues, también se muestran sus utilidades culinarias, como el postre de plátanos fritos con cachaça que muestra Penélope Cruz en su programa de televisión, momento en el que el marido, que la viene buscando desde Bahía, entra en el plató y la corteja, acompañado de un grupo de guitarreros, todos los cuales pasarán a incorporarse en la plantilla del programa “Comida Apasionada”.

Cestas de frutas. Todo el éxito del programa, y de la cocinera, se centra en la mágica receta que repite continuamente Isabella: “el principal ingrediente es compartirlo con alguien a quien se ame”. Pese a que recuerde demasiado, igual que toda la cinta, a la película mexicana “Como agua para chocolate”, en donde se dice que “hay que poner mucho amor al cocinar”, no deja de ser un buen consejo, a la hora de elaborar combinaciones con la cachaça para obtener agradables y refrescantes cócteles con uso de frutas, como las que se ven en la película y que interesan acualquier aficionado al arte combinatoria, de cara a disponer de un ingrediente tan esencial para los más refrescantes y vitaminados combinados.

“Chiles, samba y sexo” es el título dado a la película en Francia, lo que resume una más picante perspectiva de sus contenidos. Y así, alejándonos del dulzor y la frescura, pero con el mismo amor, consideremos otro ingrediente esencial en el repertorio de la audaz cocinera, los jalapeños, las picantes guindillas o chiles (se cita en concreta el que da la pimienta negra de Malaguita, isla cercana a las de Juan Fernández, donde la leyenda sitúa la estancia de Robinson Crusoe), que en la película aparecen llenos de sensualidad, cuando no de sexualidad, y que nos sugieren probar una picante variedad del Dry Martini, el Martini Cayún, posible inicio de aún más atractivas experiencias.

UN MARTINI MUY PICANTE.

· Cajun Martini: en vaso mezclador con hielo troceado, verter una copa de vodka de pimienta y un chorrito de vermouth blanco seco. Revolver, colar y servir en una copa de cóctel helada donde se ha depositado un jalapeño y/o una aceituna rellana de pimiento jalapeño en vinagre.

LA CACHAÇA Y SUS BATIDAS.

· La cachaça es un aguardiente obtenido de la destilación del “caldo” de la caña de azúcar (el ron procede de la melaza de la caña), que se consume en grandes cantidades en Brasil, especialmente en caipirinhas y batidas de las más variadas frutas. En este país se consumen más de mil trescientos millones de litros de cachaça anuales, exportándose solamente unos once millones, aunque la tendencia es creciente. El Programa Brasileño de Desarrollo de la Cachaça pretende incrementar las exportaciones, tomando como modelo el incremento mundial que ha tenido el consumo de tequila en el mundo en las dos últimas décadas, sobre todo gracias al cóctel Margarita. Recientemente se ha acordado conceder denominación oficial de cachaça al aguardiente producido en Brasil, frenando la irrupción de otros mercados donde también se quiere producir con este nombre (Colombia, Martinica y otros países caribeños productores de caña).

· La cachaça nació en Brasil hacia 1530, como un derivado natural del proceso de producción de azúcar de caña, usándose inicialmente para completar la alimentación de los animales. Luego se convirtió en bebida de esclavos, extendiéndose sucesivamente a las diversas clases sociales. Las clases populares adoptaron la bebida como propia, frente a las élites que despreciaban a los “cachaceiros” como borrachos irresponsables y de baja ralea.

· Una de las bebidas más populares y refrescantes que hay en Brasil, además de la tan conocida caipirinha, son las batidas, donde se mezcla la cachaça con jugos de frutas u otros ingredientes, azúcar y hielo picado, haciendo uso de coctelera o de una batidora eléctrica. Las combinaciones son múltiples, siendo muy corrientes las batidas de maracuyá (fruta de la pasión), coco, cajú (jugo pulposo de la planta que da el anacardo) que es mi favorita, “milho verde” (maíz tierno) o incluso de ¡cacahuetes!

LA CACHAÇA EN LA COCTELERÍA

· Embassy Iced Tea: en coctelera con hielo, verter un cuarto de Curaçao azul, otro de vodka, otro de ron blanco y otro de cachaça. Agitar, colar y servir en vaso alto con hielo completando con Sprite o Seven Up. Adornar con una rodaja de limón y servir con pajita.

· Pisco Kid: en coctelera con hielo, verter dos quintos de zumo de piña, dos quintos de cachaça y un quinto de ron oscuro de cinco años, añadiendo unas gotas de orange bitter o, en su defecto, de amargo de angostura. Agitar, colar y servir en vaso Old Fashioned con hielo troceado, añadiendo por encima unas gotas de algún licor de frutas del bosque.

· Samba Blue: en coctelera con hielo, verter un poco de azúcar (o jarabe de azúcar), un medio de zumo de lima natural, un cuarto de cachaça, un octavo de Apricot Brandy y un octavo de Curaçao azul. Agitar con fuerza, colar y servir en una copa flauta con el borde pasado primero por granadina y luego escarchado en azúcar. Servir con pajita.

· Woody Woodpecker: en coctelera con hielo, verter un cuarto de cachaça y tres cuartos de zumo de naranja natural. Agitar, colar y servir en vaso Collins con hielo, añadiendo por encima unas gotas de licor Galliano. Versión brasileña del Harvey Wallbanger, en el que se utiliza vodka en vez de cachaça.

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Autor

Juan Luis Recio

Blogger gastronómico y de tendencias, crítico de vinos (XL Semanal), letrista, sociólogo, mensista, poeta

Juan Luis Recio

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