Cuatro invitaciones a comer

A lo largo de menos de una semana, entre unas cosas y otras, he recibido cuatro invitaciones a comer de diferentes amigos. Los cuatro sitios son muy interesantes y aquí se los reflejo para su conocimiento. De alguno he hablado ya con profusión, y de los otros, les contaré algún día de estos. Los cuatro son muy distintos en todos los sentidos, Algunos son pequeños y algo secretos, así que, por si acaso, no se lo digan a nadie. Además así no daré demasiada envidia, que nunca conviene… Por cierto, esto no me suele pasar habitualmente, no se crean.

El primer sitio fue Edulis, un pequeño restaurante pero muy grande en todos los sentidos y que sin duda merece una visita,así como tomar postre y todo. Para que se hagan una idea, nos sirvieron una cata de salmorejo, unas flores de calabacín en tempura con queso y gambas, un rissoto verde de carabineros, un atún rojo con papas con mojo rojo y verde en cubos y cochinillo, más postre y café… Bebimos un Altos de Losada, mencía del Bierzo, que es uno de mis últimos descubrimientos y que recomiendo también encarecidamente.

El segundo sitio fue la Taberna del Sumiller, donde además de buenos vinos y una carta tradicional y atractiva, ofrrecen multitud de pinchos y tapas. Es también un local pequeño y entrañable, mucho más clásico que el anterior. Comimos el menú del día, que está muy bien y vale 16 €, con vino incluido, del Bierzo, en esta ocasión, también y casualmente. El menú que elegimos fue una ensalada con bacalao ahumado, sepia a la plancha, mousse de yogurt y café.

El tercer sitio fue La Camarilla, local del que les he hablado en más de una ocasión, y que ofrece tapas y raciones junto con una carta de restaurante, además de brunch y drunch (merienda cena) y a partir de ahora, como me enteré ese día, también copas nocturnas. Tomamos una ensalada de naranja con espinacas, unos tacos (tipo crepês) de mariscos, bacalao confitado y magret de pato con crema de orejones, terminando con una degustación de postres más que variada.

El último sitio fue Miyama, un japonés. Aunque en realidad son dos y claro situados en dos sitios distintos. Creo que el sitio está muy bien pero nos montamos un lío entre el uno y el otro (les recomiendo el de la calle Flor Baja, ¿eh?) tan grande, que al final uno comió en uno y otro se fue a otro oriental que también está muy bien, y al que voy de vez en cuado, el Thainip, mezcla de tailandés y nipón. Todo un lío que ya hemos soluciuonado, repitiendo la convocatoria para este martes. Ya les contaré.

CONTRIBUYE CON PERIODISTA DIGITAL

QUEREMOS SEGUIR SIENDO UN MEDIO DE COMUNICACIÓN LIBRE

Buscamos personas comprometidas que nos apoyen

COLABORA
Autor

Juan Luis Recio

Blogger gastronómico y de tendencias, crítico de vinos (XL Semanal), letrista, sociólogo, mensista, poeta

Juan Luis Recio

Blogger gastronómico y de tendencias, crítico de vinos (XL Semanal), letrista, sociólogo, mensista, poeta

Lo más leído