La Felisa 2018: fruta y equilibrio en este vino ecológico de Bodegas Emilio Moro

La Felisa 2018: fruta y equilibrio en este vino ecológico de Bodegas Emilio Moro

La Felisa, vino dedicado a la matriarca de la familia, es el primer vino ecológico y sin sulfitos añadidos de Bodegas Emilio Moro y refleja a la perfección los tres pilares sobre los que se sustenta la bodega: tradición, innovación y responsabilidad social. Procedente de una añada marcada por el equilibrio en cuanto a temperatura y pluviometría, La Felisa 2018 destaca por la predominancia de aromas primarios, con notas frutales muy presentes y recuerdos florales.

Y es que tradición, innovación y responsabilidad social son los tres pilares de Bodegas Emilio Moro y las bases sobre las que se ha sustentado la creación de La Felisa, el primer vino ecológico y sin sulfitos de la bodega con el que sus artífices han querido responder a las tendencias actuales de consumo y, al mismo tiempo, rendir un merecido homenaje a Felisa Espinosa, matriarca de la familia Moro. «Nuestra madre –explica José Moro, actual presidente y tercera generación de la bodega vallisoletana– representa los valores de trabajo, humildad y arraigo a la tierra que se nos inculcaron desde pequeños y que han sido la base de nuestro éxito». «Es un vino –añade– que muestra la pulcritud de lo orgánico, que me transporta a los momentos que pasábamos de niños con nuestro padre en la bodega y que me conmueve y emociona con sus aromas, impregnados en mi memoria».

«La idea de crear La Felisa nace de la intención de recuperar la esencia de esos vinos que servía mi madre en la mesa a través de una rusticidad bien entendida». Su particularidad reside en su elaboración, resultado de una viticultura sostenible que respeta el medio ambiente y de un proceso de I+D+i iniciado hace ya cinco años, mediante el cual se ha conseguido inhibir el crecimiento de la microbiología indeseable empleando herramientas 100% naturales extraídas de sus propios viñedos. Elaborado a partir de uvas ecológicas de mediana edad, La Felisa es un monovarietal de tinta fina que mantiene todas las propiedades beneficiosas del vino, como son los taninos, los antocianos y los antioxidantes, y está libre de sulfitos, en respuesta a una creciente demanda por parte del consumidor actual de productos saludables y lo más naturales posibles.

La Felisa 2018 es además fruto de una añada muy equilibrada, de lluvias bien repartidas y temperaturas moderadas, salvo en el último tramo de maduración, en el que estuvieron por encima de lo habitual ayudando a rematar el año con niveles óptimos de madurez y un gran equilibrio en la uva. Pese a su crianza, presenta un color muy vivo, rojo cereza cubierto con ribetes violáceos, que recuerda al de los vinos jóvenes. En nariz es sorprendente, intenso y muy afrutado, con predominio de aromas primarios a uva recién fermentada. Destacan las notas a mora y regaliz y sutiles recuerdos florales, que muestran a la tempranillo en su versión más pura y natural. En boca es voluminoso, con peso, un tanino persistente y carnoso, una equilibrada acidez y un paso marcado en el que, de nuevo, sobresale la fruta sobre los tostados de la madera tras su maduración en barricas de roble francés.  Su PVP en tienda es de 24,95 €.

Se trata, en definitiva, de una referencia distinta al resto de la gama de Emilio Moro y de un bonito homenaje a la tradición, el arraigo y la herencia familiar de una bodega de origen humilde que, sin embargo, ha conseguido situar sus vinos entre los de mayor fama y prestigio mundial, con presencia en más de 70 países.

El origen de la bodega se remonta a 1891, año de nacimiento de su fundador, don Emilio Moro, en Pesquera de Duero (Valladolid), enclave privilegiado de la Ribera de Duero rodeado de viñedos. Emilio Moro, abuelo de los actuales propietarios, enseñó a su hijo el amor por el vino, y este, a su vez, lo transmitió a sus hijos. Tras tres generaciones, José y Javier Moro se hacen cargo de la bodega que actualmente posee unas 200 hectáreas de viñedo propio, plantadas e injertadas con un excelente clon de tinta fina recuperado de sus viñas más viejas. Algunos de sus pagos más conocidos son Resalso, plantado el año en que nació Emilio Moro (1932), con suelos profundos y frescos; Valderramiro, con los vasos más antiguos de la bodega y la cuna de su gran vino de pago, Malleolus de Valderramiro; Sanchomartín que, con unas excelentes condiciones de maduración, ofrece vinos tánicos y de marcada acidez, ideales para la crianza; y Camino Viejo, donde nace Malleolus. La gama de vinos engloba también Emilio Moro, buque insignia de la bodega, y La Felisa, su vino ecológico y sin sulfitos añadidos. La familia Moro elabora además los godellos La Revelía y El Zarzal, fruto de su desembarco en El Bierzo, y posee, también en la Ribera del Duero, Bodegas Cepa 21 que engloba las referencias Hito, Hito Rosado, Cepa 21, Malabrigo y Horcajo.

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Autor

Juan Luis Recio

Blogger gastronómico y de tendencias, crítico de vinos (XL Semanal), letrista, sociólogo, mensista, poeta

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