Podríamos calificarlo como la ley de comensación ‘divina’, aunque en este caso ha sido dramática,
José Luis Rodrigo López, un conocido comerciante de Huesca, murió repentinamente en su casa el día de Navidad a los 84 años. Este hecho no sería noticiable en sí mismo a no ser de que se trata de una de las personas agraciadas con uno de los décimos premiados del Gordo de la lotería de Navidad que tocó en el colegio San Viator de la capital oscense.
El comerciante celebraba con júbilo el sábado que su décimo había sido premiado con el Gordo: «Si es de San Viator, seguro que tengo, y todos mis amigos», explicaba emocionado. Efectivamente, Rodrigo tenía en su poder uno de los décimos premiados y había ganado de 400.000 euros.
Rodrigo era un persona muy conocida en la ciudad por haber dirigido hasta el año pasado los Almacenes Rodrigo en el Coso Bajo de la capital oscense junto a su hermano.