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Belén Esteban en su ‘Zona Cero’

Siento mucho que estas líneas arruinen la fiesta montada por La Fábrica de la Tele para homenajear al icono televisivo y televisado de la telebasura.

Belén Esteban en su ‘Zona Cero’
Belén Esteban

La enésima entrevista de Belén Esteban en Sábado Deluxe nos ha dejado dos titulares y un momento conmovedor: la deuda con Hacienda ha quedado saldada y Toño Sanchís se enfrenta hasta a 23 años de prisión. Su novio, ‘el Mígue’, se ofreció discretamente a avalar con su vivienda la «pella» tributaria de la de Paracuellos.

Siento mucho que estas líneas arruinen la fiesta montada por La Fábrica de la Tele para homenajear al icono televisivo y televisado de la telebasura. Pero ambos titulares son falsos y el instante emocionante es una ensoñación infantil.

Esteban no ha saldado su consumada y pertinaz destreza para evitar cumplir, en tiempo y forma, sus obligaciones con la Agencia Tributaria. Ha liquidado una parte (con los fondos obtenidos con la venta de su piso de San Blas, previo acuerdo con la Administración, que levantó el embargo preventivo que pesaba sobre la vivienda y trabó inmediatamente el talón) y ha negociado – con éxito – el aplazamiento de pago de las cantidades pendientes, entregando el correspondiente aval bancario que se le extiende en atención a su contrato laboral con Mediaset y comprometiéndose a un exigente calendario de pagos. Cerrado el acuerdo, no se ha saldado la deuda pero le permite a Belén presumir de «estar al corriente de obligaciones fiscales» por vez primera en más de ocho años. En síntesis, nos ha mentido una vez más y se enfrenta a una muy empinada cuesta de 2018, 2019…

El horizonte penal de Toño Sanchís se despachó en juicio sumarísimo, que dejó al ex representante al borde de la prisión permanente y no revisable. Lo hizo una abogada cuyo mayor mérito curricular es haber trabajado para Manos Limpias (Manos Sucias, según la Audiencia Nacional que les acusa de organización criminal, chantaje, extorsión, blanqueo de capitales, delitos contra la Hacienda Pública .. y que tiene encarcelados a sus principales dirigentes). Lo despachó en tres minutos: Sanchís podría ser condenado a 23 años de prisión. Un horizonte penitenciario sólo superado por José Bretón y los terroristas que asesinaron en Madrid en 2004 a 192 personas.

Hasta Kiko Matamoros, en su juventud eterno estudiante de primero de Derecho y hoy «peso pesado» de la lista de morosos de Hacienda, sabe que para iniciar un procedimiento judicial hay que acreditar legitimación activa y pasiva. Lo que resulta de todo punto imposible en el caso que nos ocupa, dado que Belén y Toño no han mantenido tráfico comercial ni profesional formal y legalmente ( desconozco si en su extensa e intensa relación han mantenido otros tipos de tráfico), ya que todo fue canalizado a través de una S.L. administrada por la pareja de Sanchís. Difícilmente, por no decir taxativamente imposible, que Belén pueda conseguir ni siquiera la foto tan deseada de Toño sentado en un banquillo de los Juzgados de lo Penal. Lo de los 23 años de prisión no merece comentario, pero si llama la atención que cada vez que el Universo Sálvame hace alguna de sus gansadas habituales con condenas imposibles desaparece de escena su colaborador Kiko Hernández, condenado por apropiación indebida.

La audiencia se estremeció cuando Belén confesó que el Mígue, el Príncipe de las Sirenas, conductor de ambulancias, ofreció su vivienda » que está pagando» (luego está hipotecada…previsiblemente hasta mediados de siglo…) para tapar los agujeros. Me dicen que se trataría de una modesta vivienda protegida (calificación que impide su venta, alquiler, permuta, etc ) e intuyo la carcajada del ministro Montoro si un día tuviera conocimiento de la revelación.

Belén regresa a su zona cero. Endeudada pese a haber tenido ingresos millonarios; sin poder hablar de su hija ni de Jesulin o Campanario; sin encontrar la salida al farragoso camino de las mentiras; con cachés decadentes y a la baja y conocedora ya de la enorme dificultad para ejecutar la sentencia y cobrar (se enfrenta en el futuro inmediato a un agotador proceso mercantil y a más gastos… sin que en el horizonte se vislumbre más posibilidad que encomendarse a las torpezas de la parte contraria).

A Toño Sanchís le queda exclamar, como en su día Belén, !NI QUE FUERA YO BIN LADEN!

A los dos millones largos de espectadores que tuvieron la paciencia de ponerse frente a los berridos de la de Paracuellos… dos mentiras y una ensoñación…

Francisco Rodríquez @francis_uu

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Autor

Fernando Veloz

Economista, comunicador, experto en televisión y creador de formatos y contenidos.

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