El ejercicio físico se puede «servir» en una botella… pero de vino. Un antioxidante presente en altas cantidades en las uvas y en el vino tinto, el resveratrol, evita al organismo los efectos negativos de una vida sedentaria, según una investigación estadounidense que ha publicado la revista FASEB Journal.
Los científicos realizaron estos estudios sometiendo a un grupo de ratas a un ambiente sedentario, suprimiendo su cola para limitar el movimiento. A otro grupo se le suministró resveratrol. Los roedores, de manera natural, empezaron a sufrir disminución de masa y fuerza muscular y generaron resistencia a la insulina. También presentaron una caída de minerales y debilidad en los huesos. Sin embargo, los roedores que tomaron revestratol, a pesar del poco movimiento físico, no desarrollaron consecuencias negativas.
«Existen datos e información abrumadora de cómo el cuerpo humano necesita actividad física, pero, para algunos de nosotros, tener esa actividad no es fácil», explica Gerald Weissmann, editor jefe de la revista, haciendo referencia a los astronautas sometidos a ingravidez, o a personas enfermas obligadas a no moverse de la cama durante su convalecencia, e incluso a trabajadores que pasan muchas más horas de lo recomendado sentados en la oficina. «El resveratrol no es un sustituto del ejercicio, pero puede disminuir el proceso de deterioro hasta que el individuo pueda ponerse en movimiento», añade Weissmann.
