Los recetarios de muchas localidades españolas están llenos de postres autóctonos que llevan siglos elaborándose en casa

Pan, tartas y postres para una escapada dulce

Escaparse a las cocinas originarias para conocer los secretos de estas recetas proporciona la oportunidad de descubrir núcleos rurales con mucho encanto

Pan, tartas y postres para una escapada dulce
La Posada Real El Molino de Losacio (Zamora)

Hay paisajes que huelen a horno y a dulce, y ese olor les da una personalidad que no podrían tener de otra manera. Es el caso de los lugares donde llevan siglos elaborando determinadas recetas para endulzar los estómagos de quienes pasan por allí en busca de ese manjar que ya ha traspasado fronteras. Hablamos de las localidades de origen de postres tan celebrados como la tarta de Santiago, el arroz con leche, los dulces paparajotes, las exquisitas yemas de Ávila o el pan casero que nos enseñan a hacer en molinos tradicionales donde sirven con mimo sus hogazas.

Descubrir esas delicias en donde nacieron y de paso aprovechar el viaje para conocer los atractivos del lugar es un plan diferente con el que empaparnos de tradiciones explorando localidades que tienen mucho que mostrarnos además de sus dulces. Se trata de ver, oler, degustar, escuchar y tocar en un viaje cuya excusa es un producto local elaborado de forma artesanal. Aunque ese producto se pueda ver casi en cualquier lugar de la geografía española, y en algunos casos incluso extranjera, conocer su historia y el origen de su esencia en su propia tierra tiene su interés. Entre las posibilidades, una larga lista de la que elegir lo que más nos atraiga, ya que los recetarios de muchas localidades españolas están llenos de postres autóctonos que llevan siglos elaborándose en casa. Escaparse a las cocinas originarias para conocer los secretos de estas recetas proporciona la oportunidad de descubrir núcleos rurales con mucho encanto.

Tarta de Santiago.- La clave de una tarta famosa en medio mundo son sus tres ingredientes: almendras, azúcar y huevo. Con ellos se elaboraba hace ya cinco siglos en Santiago de Compostela la por entonces llamada torta real, y de ello dejó constancia un personaje llamado Pedro de Porto cuando visitó la universidad compostolena allá por el año 1577. Fue después cuando se la bautizó como tarta de Santiago y se empezó a marcar con la característica cruz de Santiago con que hoy podemos verla.Aunque puedes probarla en casi cualquier lugar de Galicia y prácticamente a lo largo de todo el Camino de Santiago además de en muchos otros lugares de España, dicen que uno de los mejores establecimientos para degustarla es la pastelería Mercedes Mora, antigua Casa Mora, a quien se atribuye haber iniciado la tradición de poner la cruz de Santiago en la tarta. Después de disfrutarla tenemos todo un día por delante para conocer los encantos de la ciudad compostelana y sus alrededores. Cuando llegue la hora de descansar podemos hacerlo en Casa Peón de Pardaces, una espectacular casa restaurada del siglo XVII que ha mantenido su esencia arquitectónica, con muros de piedra vista y grandes vigas de castaño, rodeada de prados verdes y de labranza y a tan solo 6 kilómetros de la Catedral de Santiago de Compostela.

Arroz con leche.- Dicen que el arroz con leche es casi un trozo de Asturias. Por eso si se prueba fuera del Principado trae recuerdos de los verdes prados de la comunidad asturiana, pero si se degusta en la propia tierra astur parece que sabe aún mejor. Sus ingredientes no son ningún secreto: leche, arroz, azúcar, canela y cáscara de limón. Eso sí, necesita por lo menos hora y media de cocción, y cocinarlo así, muy despacio, parece ser la clave de uno de los postres con más adeptos fuera de su comunidad. ¿Dónde tomar el arroz con leche más sabroso? El último elegido como el mejor de Asturias ha sido el arroz con leche de la Hostería de Torazo, que logró el premio por segunda vez consecutiva con un postre del que el jurado alabó la textura cremosa y el sabor intenso de la ración, además del equilibrio entre la textura y la presencia del grano. Quienes tengan el privilegio de disfrutarlo pueden aprovechar para conocer Torazo, en el concejo de Cabranes, que por sus atractivos fue incluido en la asociación Los pueblos más bonitos de España y que recibió el Premio al Pueblo Ejemplar de Asturias, otorgado por la Fundación Príncipe de Asturias, hace unos años. Y si queremos descansar en el mismo lugar donde preparan el que oficialmente es el mejor arroz con leche de Asturias, podemos hacerlo. La hostería cuenta con 22 habitaciones dobles, seis junior suite y dos suites totalmente equipadas en las que disfrutar del interior de Asturias como auténticos reyes.

Yemas de Ávila.- Otro dulce español mundialmente famoso, y con buenos argumentos para serlo, son las yemas de Ávila o yemas de Santa Teresa, uno de los manjares más dulces de nuestra gastronomía. Los únicos ingredientes que se necesitan para hacerlas son yema de huevo y azúcar, pero dicen que en ningún sitio logran hacerlas como en la confitería La Flor de Castilla, establecimiento al que se atribuye la receta que lleva elaborándose más de 150 años. Quien la firmó en su día fue Isabelo Sánchez, el repostero que decidió registrar su dulce convencido de que triunfaría. El tiempo le ha dado la razón. Comenzar el paseo por Ávila desde esa confitería es buena idea ya que se encuentra en pleno centro de la ciudad, en la plaza José Tomé. Tras conocer las distintas Ávilas -la judía, la románica o la palaciega- llegará el momento de descansar, y si queremos hacerlo apartados del bullicio de la ciudad pero sin perder tiempo en el trayecto una buena opción es la Casa de la Abuela Reme, una centenaria vivienda rehabilitada manteniendo la madera y la piedra como elementos de construcción básico, y situada en la localidad de El Fresno, pequeña población del Valle Amblés, a la orilla del río Adaja. El lugar ideal para desconectar.

Paparajotes.- Para quienes nunca lo han escuchado es posible que su nombre les suene complicado. Justo lo contario de lo sencilla que resulta su receta. Solo se necesitan hojas de limoneros, harina, huevo, azúcar y canela. El resultado es uno de los dulces más frescos y con más personalidad de nuestra gastronomía, un símbolo de la huerta murciana que se ha ganado muchos adeptos. Para probarlos nada mejor que las fechas más señaladas del calendario de Murcia: las fiestas de primavera, la Semana Santa o la feria de septiembre. Sin embargo, es posible degustar paparajotes prácticamente todo el año, así que cualquier ocasión es buena.

Y si queremos descubrir la región, un original lugar de descanso en plena huerta de Murcia es el Vagón Rural, literalmente vagones de tren de los años 50 rehabilitados como casas rurales. Se encuentran además rodeados de limoneros, por lo que es una buena propuesta para probar a cocinar nuestros propios paparajotes.

Pan en El Molino de Losacio.- Quienes no sean demasiado golosos pero tengan afición por el horno, otro plan interesante es aprender a hacer pan siguiendo el paso a paso tradicional que ha hecho resurgir con fuerza un producto que tuvo mejores épocas: el pan. Y si además se puede hacer en un entorno que merezca la pena visitar, rodeados de naturaleza, los alicientes se mutiplican.

Un alojamiento que cumple con los dos requisitos es El Molino de Losacio, en la provincia de Zamora, donde desarrollan talleres en los que incluso los niños pueden elaborar el pan, personalizarlo y degustarlo durante la cena una vez horneado en su horno de leña. También es un buen punto logístico como campamento base para conocer el castillo de Alba, Miranda de Douro, Sanabria, Tábara, Villafáfila, Toro… Un completo.

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Autor

Marie José Martin Delic Karavelic

Marie José Martin Delic Karevelic, apasionada periodista culinaria autora del blog ‘Fogon’s Corner’ en Periodista Digital.

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