El dolor de garganta de una amiga hizo que Agustín Otxotorena, un empresario vasco residente en Venezuela, entrara a una sucursal de una gran cadena de farmacias y fuera testigo de una acción que le causó «tremenda indignación». «Fue como un golpe en el estómago», recuerda, según rt.
La noche del pasado sábado Otxotorena tuvo una cena con un grupo de amigos en Las Mercedes, zona pudiente del este de Caracas caracterizada por una intensa actividad comercial y gastronómica. Luego del encuentro, una de las asistentes se sintió mal y pidió irse a casa. En medio del traslado, decidieron hacer una parada en Farmatodo, la principal red de farmacias y productos de consumo, ubicada en la misma zona, para comprar una medicina.