Una tragedia. Eran las 16.25 horas del 23 de mayo de 2018 cuando el cielo tembló y la tierra se estremeció en Tui.
Una violentísima explosión en un almacén pirotécnico clandestino, ubicado en la nave anexa a una vivienda en la parroquia de Paramos, hacía saltar por los aires todo lo que alcanzó en un radio de 300 metros.
Una persona fallecida, 30 heridos -aunque no se teme por la vida de ninguno-, una veintena de viviendas completamente destruidas y más de un centenar dañadas es el trágico balance de un siniestro que todavía puede cobrarse más víctimas.
Al menos hay cuatro desaparecidos y se desconoce si estaban o no en sus domicilios cuando se produjo la explosión.
La onda expansiva se sintió en Vigo, e incluso en O Morrazo y O Grove. Miles de cristales saltaron por los aires y en el centro de Tui viviendas y locales también sufrieron desperfectos. Y es que causó la rotura de cristales en un radio de cuatro kilómetros.
El propietario de la pirotecnia, Francisco R., acudió al lugar del suceso nada más conocerlo y algunos vecinos le recriminaron lo ocurrido.
Colaboró con la Guardia Civil, que poco después procedió a su detención acusado de presuntos delitos de homicidio imprudente y estragos públicos.