El adolescente español, cada vez más inseguro

El adolescente español, cada vez más inseguro

«La juventud no es lo que era». Y es que los tiempos cambian, y con los nuevos hábitos sociales todas las estructuras de la sociedad sufren los cambios derivados. La inseguridad y la incertidumbre definen al nuevo adolescente en España.

Se trata de una persona que encuentra su principal apoyo en los amigos y que tiene que crecer en una familia que ha experimentado una «gigantesca evolución»: sus miembros se han individualizado y el hombre y la mujer son ya más importantes que el padre y la madre.

Es la tesis que defenderá el catedrático de Sociología de la Universidad de Deusto, Javier Elzo, en el congreso «Ser adolescente hoy», organizado por la Fundación de Ayuda contra la Drogadicción (FAD) para analizar los problemas a los que se enfrentan los jóvenes y las soluciones que pueden ofrecer los adultos.

Informa EFE que para Elzo, desde hace cinco o seis años emerge en España un «nuevo adolescente» que tiene que enfrentarse a las estructuras del nuevo siglo: un mercado de trabajo en el que hay empleo, pero precario, y una vivienda que le resulta inalcanzable.

La familia, subrayó, ha experimentado el mayor cambio y avanza hacia la «individualización de sus miembros», hacia un modelo nórdico alejado de la familia tradicional mediterránea -basada en una unidad que pivota sobre el ama de casa-, pero sin contar con el necesario respaldo de ayudas sociales públicas.

La solución, para este experto que estudia a la juventud española desde hace décadas, es mantener un modelo de familia que educa a los hijos, pero con ayuda del Estado, «para que la responsabilidad no recaiga sólo en los padres, es decir, en la madre», ya que, si bien la inmensa mayoría de las chicas de 18 a 24 años quiere tener hijos, no acepta el modelo tradicional de familia.

Refugiado en los amigos

En el contexto actual, el adolescente, que sigue viendo a la familia como la institución más querida, encuentra su principal arma en el grupo de amigos, a los que exige confianza, sinceridad, lealtad y reciprocidad.

Para Elzo, un padre puede optar a ser amigo de sus hijos, pero nunca lo será y, además, ‘comete un error al intentarlo’. Y dio un tirón de orejas a los padres, a los que acusó de ser los principales responsables de la incomunicación con sus hijos, ya que «se encuentran desbordados».

En esa situación aparecen, para este experto, los «gritos silenciosos de los adolescentes», que pueden reflejarse en abuso de alcohol o drogas, pero que tienen su expresión más clara en «la baja autoestima» de una generación en la que están aumentado los niveles de justificación del suicidio.

Aumenta el acoso escolar

Según un estudio, entre un 25 y un 35 por ciento de los escolares reconoce que alguna vez se ha visto implicado, como agresor o como víctima, en un acto desagradable, y entre el 2 y el 15 por ciento confiesa verse en esa situación de forma pertinaz.

El acoso escolar se da sobre todo entre los 10 y los 14 años y, mientras que los niños tienden más al maltrato directo, verbal y físico, ellas, al indirecto.

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