Alberto de Mónaco, un Príncipe en el Polo Norte

Alberto de Mónaco, un Príncipe en el Polo Norte

El príncipe Alberto de Mónaco deja su puesto real y ha partido al Polo Norte en una expedición de nueve días con la que pretende ‘llamar la atención sobre las consecuencias del calentamiento global’ y homenajear a su tatarabuelo, Alberto I, informó su gabinete. El monarca del minúsculo Estado mediterráneo alcanzará su objetivo en un trineo tirado por perros desde la base rusa de Barneo, situada a un centenar de kilómetros del Polo Norte geográfico, precisó el gabinete en un comunicado.

El príncipe ya debía de haber llegado a Kiruna, en el norte de Suecia, para reunirse con dos guías, dos entrenadores de perros, 42 perros y seis trineos. Está previsto que mañana haga escala en Longyearbyen, la capital del archipiélago del Svalbard, antes de dirigirse a Barneo un día después.

Alberto II alcanzará el Polo Norte el próximo domingo en un viaje con el que pretende homenajear a su tatarabuelo el príncipe Alberto I, quien hace justamente un siglo inició campañas de exploración polares, aunque nunca llegó al Polo Norte.

El pasado julio el príncipe monegasco formó parte una expedición de científicos al archipiélago de Spitzberg, en el océano Artico, también tras las huellas de Alberto I, quien en 1906 había participado en una misión de exploración oceanográfica en esa misma zona.

El actual monarca pudo verificar entonces, al comparar con fotografías de la época de su antecesor, que el frente del glaciar Lillihook había retrocedido seis kilómetros.

En aquel viaje, Alberto de Mónaco iba acompañado de científicos de la asociación ecologista WWF, del laboratorio del entorno marino de Mónaco de la Organización Internacional de la Energía Atómica (OIEA) y del Museo Oceanográfico de Mónaco.

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