La baronesa reina en la prensa del corazón

La baronesa reina en la prensa del corazón

Tita Cervera se enfrenta al alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón por un quítame allá esos árboles. «La fuerza me la envía mi marido desde el Cielo«.

Pero no, no se trata de una mujer enferma que lucha a brazo partido contra la enfermedad, ni de una madre coraje que rescata a sus hijos del yugo de la drogaína. No. Es la baronesa Thyssen que, poseída de una repentina dendrofilia, se encaramó a las almenas mediáticas de su museo para arengar a la plebe en contra del alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón. Amparada tras un colgante de la Virgen de Guadalupe, una rampante Tita enseñaba ombligo de tanto saludar a la afición al tiempo que decía «Todo esto lo hago por altruismo». Son momentos impagables que recogen en sus portadas ‘Lecturas’ y Diez Minutos.

La misma advocación mariana salvaguarda las cenizas de Rocío Dúrcal, que fueron depositadas por su esposo e hijos en México. Y aunque esto sucedió el pasado 2 de mayo, ¡Hola! lo considera el asunto más importante de esta edición. Quizá para disimular la falta de actualidad, la revista ha decidido titular de la manera más hortera y tópica posible: «Que digan que estoy dormida y que la traigan aquí» y «Ya descansa en su México lindo y querido» son perlas imprescindibles en toda facultad de Periodismo.

Semana, por su parte, demuestra este miércoles que no todo son bailes en la vida de Rosa OT. La cantante riñó con su novio tras cenar en un restaurante madrileño, mira tú por cuánto, y la revista dice que lo mismo es grave o lo mismo no. Para que luego digan que en la prensa rosa no hay rigor ni seriedad. Como tal noticia no bastaba para llenar cinco páginas, se recogen también varios momentos del partido que la andaluza jugó en Torrejón a beneficio de las mujeres maltratadas. «La artista se ha revelado como una consumada futbolista«, dice ‘Semana’. Debe de referirse a otro día, porque ése, desde luego, dio más pena que la muerte de Chanquete.

Escena en el Sena

La campechanía encarnada, esto es, José Campos, paseó su gracejo estos días por París, con una cicerone de excepción, su novia, Carmen Martínez-Bordiú. Dice el ex atleta en ‘¡Hola!’ que nunca había estado allí porque «jamás había estado tan enamorado como ahora lo estoy«, de lo que se deduce que si algún día está hecho una ruina se irá de vacaciones a Pompeya. Parece ser que el cántabro quería conocer a su futura hijastra, Cynthia, pero que por el mismo precio conoció también a su futuro antecesor en este tálamo, Jean-Marie Rossi, a quien califica de «encantador y simpatiquísimo«. Menos simpática le parece su futura ex mamá política, Emmanuela Dampierre, pero Campos, no menos caballero que dicharachero, se limita a decir que las declaraciones de la anciana son intolerables.

Siguiendo con el ‘¡Hola!’ cree el lector descubrir, por fin, a la Laura por cuyo amor esperaremos hasta el matrimonio. Pero, oh decepción, no se llama Laura, sino Marta Benjumea Sánchez-Dalp, sobrina del marqués de Saltillo. Lleva un vestido beige de seda, con la falda por debajo del menisco, guantes calados, abanico y bolso de nácar, complementos de coral rojo, mantón doblado al brazo y, por sobre un andamio que ella llama peineta, mantilla decimonónica. La ha puesto así, sin mediar provocación, Tony Benítez, que según la revista «viste a la mujer sevillana en la Feria«, aunque más bien parece que la viste en el mercadillo.

Acompañan a la bella una corporación de damas que, de tener detrás un mapa del Imperio Austrohúngaro, parecerían una película de Berlanga.

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