El harén de Sharapova

El harén de Sharapova

Hipnotizan. Esos ojos grises con reflejos verdes dignos de una tigresa siberiana siembran la inquietud. Tal vez por ello los modelos a los que Maria Sharapova examinó ayer se mostraron bastante más torpes de lo que se podía esperar. Cómo si no se explica que un tiarrón llamado Israel cometiera el más imperdonable de los fallos.

La rusa le preguntó: «¿Cuál es tu jugadora preferida?» Y el aspirante a recogepelotas titubeó, reflexionó y espetó un asombroso e inesperado: «Lindsay Davenport«. La cara de estupefacción de Sharapova fue de libro y su reacción espontánea recibida entre risas por una sala abarrotada: «Un cero. Acabas de ganarte un cero«. Nos relata con gran sentido del humor Domingo Pérez en ABC.

Una agenda agotadora
Se mostró adorable en su paso por Madrid una imponente (1,88) y presumida Sharapova, que se cambió hasta tres veces de vestido a lo largo de la jornada. Enamoró a los modelos, a la Prensa, a los fotógrafos, a los aficionados, a los patrocinadores y al alcalde… Y eso que su agenda hubiera agotado a un maratoniano.

Pero la número tres del mundo, la deportista femenina que más gana en el planeta, sólo tiene 19 años y acumula energías para regalar. Su séquito la seguía derrengado, buscando butacas y cargado de ojeras y ella se presentaba en cada una de sus apariciones aún más guapa y siempre fresca como una rosa.

Aterrizó en Madrid a la nueve de la mañana procedente de Miami tras un vuelo agotador y se fue a las diez de la noche camino de Roma para empezar a preparar su próximo torneo que comenzará el lunes.

Trece horas intensas en las que no perdió la sonrisa ni un segundo y durante las que le dio tiempo a casi todo.

A la una, en el Ayuntamiento, en compañía de un caballeroso y rendido Alberto Ruiz-Gallardón, presentó oficialmente el Sony Ericsson Championship, que en román paladino puede traducirse con algo de libertad como Campeonato del Mundo. También se conoce como Masters y reunirá del 7 al 12 de noviembre, en el «Madrid Arena» (antiguo Rockódromo de la Casa de Campo), a las ocho mejores tenistas del mundo, entre ellas, claro, la despampanante Sharapova.

Luego, entrevistas con las televisiones -10 minutos para cada una- , una breve mesa redonda con un reducido grupo de periodistas y, casi volando, al Hotel Palace donde a las tres y media comenzaba el «casting» para elegir a los recogepelotas del torneo. El momento estelar del programa.

Maria, en compañía de Arantxa Sánchez Vicario y de la actriz Natalia Verbeke, ejerció de presidenta del jurado de selección de los futuros recogepelotas. Fueron unas jueces implacables, pero muy divertidas.

Cuando alguno de los chicos era especialmente atractivo, Arantxa y Maria se guiñaban un ojo y reían. Hasta se vio a una Sharapova arrobada estudiando con detenimiento a uno de los guaperas. Les preguntaron por las reglas de tenis -casi todos bastante peces-, algo de geografía -les costó, pero acertaron con que Moscú era la capital de Rusia- y un poco de inglés -muy flojitos en general-.

Poco diplomáticos

Comprobó Maria que eran guapos, pero no muy diplomáticos. Uno se ganó un cero por elegir a Davenport y a otro le espetó una divertida Sharapova: «¡Estás muerto!», cuando el muchacho confesó que admiraba entre todas a Kim Clijsters.

El único punto negativo es que no fueron nada «glamourosos» ¡Cómo se puede pasar un casting ante la divina en calcetines de espumilla! Los modelos iban vestidos con pantalones cortos blancos, camisetas y gorrillas y por no ir con zapatos dos de ellos salieron con tan lamentable aspecto.

Pero la frenética actividad de Sharapova no conoció sosiego. Su siguiente visita fue a la tienda de Hugo Boss a pertrecharse. Pasó por segunda vez en el día -a media mañana y a media tarde, por algo iba siempre tan impecable- por la peluquería de Jacques Dessanges, donde la peinaron, la maquillaron y le hicieron la manicura y la pedicura.

Quería estar muy guapa. Tal vez porque el fin de fiesta era un selecto cóctel con una selección de famosos, entre los que destacaron Feliciano López, Fran Murcia, Ana García Obregón, Sergi Arola, Pepón Nieto, David Bustamente, Miguel Abellán, Paula Echevarría… Y tal como había pedido -su único capricho del día- existían muchas posibilidades de que le presentaran a Fernando Torres…, aunque al final el futbolista no apareció.

El nuevo icono del tenis femenino pasó ayer por la capital. Levantó expectación y en sólo trece horas rindió a sus pies a todos con su sonrisa y belleza.

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