Llena hasta la bandera estuvo la catedral de La Almudena la tarde que se celebró el funeral por Rocío Jurado. El templo se llenó y había gente para todo. Desde los que iban a rezar por el alma de la artista a los que querían abrazar a la familia pasando por una mayoría de curiosos (casi todo mujeres) que simplemente tenían la oportunidad de ver la televisión en directo y también los personajes más «freak» de ciertos espacios que saben buscar su segundo de fama en una boda, un funeral o cualquier acto donde puedan colarse sin llamar demasiado la atención.
Cuenta Beatriz Cortazar en ABC que esa tarde hubo encuentros fortuitos y reconciliaciones por lo menos de cara a la galería.
Por ejemplo a Massiel la distinguí entre el gentío vestida de negro y rápidamente colocada en primera fila para dar el pésame a Ortega Cano, a Amador y Gloria Mohedano, a Juan de la Rosa…
Reconozco que pensé que no se atrevería a besar a Rocío Carrasco y Fidel Albiac, a fin de cuentas en su momento Massiel hizo unas declaraciones muy duras sobre Rociíto asegurando que en Telecinco la tenían que maquillar para tapar ciertos moratones…
Aquello levantó las iras no sólo de las maquilladoras de esa cadena que negaron la mayor sino de la propia Carrasco y su novio que no entendían por qué había dicho tal barbaridad.
Pero una vez más Massiel arrampló con lo dicho y besó y abrazó a la Carrasco y su novio, quienes por cierto no sólo no le quitaron la cara sino que agradecieron su pésame.
Ni un saludo sin embargo se dedicaron en la catedral María José Cantudo y Blanca Villa. Tras las declaraciones que Villa hizo en su momento asegurando que la Cantudo utilizaba su voz en sus discos, hubo demanda al canto y hubo sentencia a favor de María José.
La Cantudo pasó a medio metro de donde se encontraba la demandada y es que ni un gesto, ni siquiera un golpe de melena, nada de nada. Eso sí, si las miradas mataran…
