Pubertad precoz: mayores antes de tiempo

Pubertad precoz: mayores antes de tiempo

La pubertad precoz es un trastorno que se caracteriza por el desarrollo de los caracteres sexuales en las niñas antes de los 8 años y en los niños antes de los 9. Afecta a cerca de uno de cada 10.000 personas y puede conllevar problemas psicológicos y de crecimiento. Es un problema más frecuente en la población y también se relaciona con el exceso de peso infantil y los productos químicos en los alimentos.

Si la “edad del pavo”, el período de la adolescencia en que se producen grandes cambios corporales y psicológicos, siempre ha desconcertado a los padres y educadores, ahora también sorprende a los médicos y científicos, porque tiende a comenzar cada vez más temprano.

La pubertad es la transición entre la infancia y adultez, una etapa de la vida en la que se produce cambios que afectan a todos los órganos y estructuras corporales, y se desarrollan los caracteres sexuales. Cuando concluye, el cuerpo alcanzado su forma y tamaño definitivos, el cerebro ha madurado y se han producido cambios psíquicos que conducen a la personalidad adulta.

Este proceso se pone en marcha debido a cambios en el funcionamiento de un grupo de células del cerebro, las cuales producen unas hormonas que estimulan el funcionamiento de los ovarios o los testículos, según el sexo.

Debido al estímulo, estos órganos aumentan de tamaño y fabrican cantidades mayores de las hormonas responsables del desarrollo de los caracteres sexuales: estrógenos en las mujeres y testosterona en los varones.

El comienzo del período puberal es muy variable, y numerosos factores influyen en la edad del inicio de este proceso, desde la alimentación, la zona geográfica y el nivel de vida, hasta los antecedentes familiares.

Lo que sí se sabe, es que desde hace años ese inicio viene adelantándose cada vez más en muchos países occidentales, por causas que todavía se desconocen aunque se sospechan y se relacionan con la presencia de compuestos hormonales sintéticos y naturales en el ambiente y la dieta.

Cuando la pubertad se inicia antes de los 8 años en una chica o de los 9 en un varón, se habla de una “pubertad precoz”, que proporciona los caracteres sexuales secundarios y la plenitud de un organismo adulto a una edad en la que la persona carece de la preparación mental adecuada. Además, los niños que son púberes antes de lo normal tienen un estirón de crecimiento precoz.

CUERPO ADULTO, MENTE INFANTIL
Los expertos creen que la pubertad precoz es más frecuente entre la población iberoamericana que entre la europea, y también creen que el exceso de peso que se está registrando en la población infantil de muchos países puede influir en el inicio más temprano de su pubertad.

Según el doctor Rafael Yturriaga, jefe de Pediatría del Hospital Ramón y Cajal, de Madrid, en España:

“la pubertad precoz se entiende cuando el desarrollo de los caracteres sexuales se produce en las niñas antes de los 8 años y en los niños antes de los 9 años. Este desarrollo sexual se acompaña además de un aumento de la velocidad de crecimiento así como una aceleración en la fusión de sus huesos”.

Este trastorno, más frecuente en las niñas, está motivado por una activación prematura del sistema de hormonas sexuales, en concreto de las gonadotrofinas. Las causas por las que se altera esta hormona son, en la mayoría de las ocasiones, desconocidas sobre todo en las niñas, “mientras que en los niños se asocia con frecuencia a procesos orgánicos, como infecciones y traumatismos”.

LA ESTATURA “EN EL SUBE Y BAJA”
Los principales síntomas en el sexo femenino es el aumento de las mamas con posterior aparición de vello púbico o axilar y, más adelante, la llegada de la primera menstruación. En el caso de los niños, el primer signo es el aumento del volumen de los testículos y posterior incremento del tamaño del pene con presencia de vello púbico y facial.

“La pubertad precoz en niños/as puede generar problemas psicológicos por la discordancia entre la madurez corporal y el infantilismo propio de la edad. Además, puede disminuir la talla adulta, aunque de forma transitoria estos pacientes estén más altos que los niños de su edad”

según Yturriaga.

Para el pediatra del Hospital Ramón y Cajal, es imprescindible realizar un buen diagnóstico de este trastorno, el cual se efectúa en base a la predicción de talla adulta, y definir si realmente el niño va a precisar tratamiento, que se realiza con «fármacos análogos de determinadas hormonas”.

Con este tratamiento se logra la regresión de los caracteres sexuales secundarios (la mama y la regla), la disminución de la edad ósea y, por tanto, «se obtiene una mejoría de la talla adulta”, según Yturriaga.

Estudios recientes sugieren que el adelanto de los eventos puberales podrían deberse a la presencia en la alimentación infantil (fórmulas lácteas, yogur y alimentos de soja) de fitoestrógenos, unas sustancias producidas por plantas que actúan como hormonas.

Un efecto similar podrían tener los estrógenos sintéticos, que se emplean en la agroindustria y compuestos sintéticos de uso industrial, como pesticidas, plásticos o sus residuos.

Ricardo Goncebat – EFE

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