La baronesa Thyssen ya está en San Feliú con sus mellizas

La baronesa Thyssen ya está en San Feliú con sus mellizas

El pasado fin de semana fue cuando aterrizó en el aeropuerto de Barcelona la baronesa Thyssen. Llegó en vuelo procedente de Los Ángeles y sin ninguna intención de que se alertara de su aterrizaje para lo que evitó cualquier encontronazo con los medios de comunicación, puesto que su principal objetivo, como ya lo ha manifestado, es salvaguardar la intimidad de sus mellizas amparándose en la Ley del Menor.

Beatriz Cortázar cuenta en ABC, que desde entonces, la baronesa está en su casa de San Feliú, su lugar favorito de vacaciones y donde piensa permanecer una larga temporada. Desde allí, Carmen Cervera se desplazará a los sitios donde tenga que acudir por cuestiones de trabajo, pero intentando siempre que sus desplazamientos sean breves, puesto que su máximo interés es estar todo el tiempo con las niñas, a las que ha puesto por nombre Carmen y Guadalupe.

La verdad es que tiempo atrás la baronesa ya había confesado en alguna entrevista que tenía intención de adoptar un bebé. Desde entonces, y siempre dentro de la máxima discreción, hizo las gestiones necesarias para poder conseguir su propósito que hoy ya es una realidad. Aunque ella no lo ha confirmado, todos los indicios apuntan a que ha recurrido al sistema de vientre de alquiler, técnica que en Estados Unidos está permitida, aunque en nuestro país es imposible de realizar hasta la fecha. Lo cierto es que las mellizas nacieron el pasado 9 de julio y, ante la inminencia del parto, la baronesa voló a California con el fin de estar presente en el alumbramiento. Para ese desplazamiento se hizo acompañar de una enfermera especializada en recién nacidos, una persona de su absoluta confianza, y un abogado que se encargó de hacer todo el papeleo necesario.

Desde luego, este verano va a ser muy diferente. Hasta la fecha sólo tenía a su hijo Borja, quien actualmente vive con su novia, Blanca Cuesta, por lo que ya había sentido lo que se conoce como el síndrome del «nido vacío». Ahora todo es distinto. Con las niñas en casa, la vida no ha hecho más que empezar para la baronesa.

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