A los «fans» de James Bond, el actor Daniel Craig, el sexto agente 007 de los Servicios de Espionaje británicos, no les gusta y no tienen ningún problema en decirlo. Es más, han iniciado una campaña para amargarle la vida hasta el estreno de «Casino Royale» previsto para otoño. En el portal dedicado a él, no dejan de ponerle verde. Y además llaman a boicotear la película.
Escribe Marta Torres en La Razón que así es la democracia de las páginas web:
Lo malo es que Craig, que tiene un puntito masoquista, lee lo que escriben de él y les contesta.
Odia los martinis. Así se rebela ante los que le llaman «nenaza», especulan sobre su orientación sexual o se ríen de él porque ha dicho que le dan miedo las alturas. Por si fuese poco, no le gustan las armas y odia los Martinis. Suma y siguen las desgracias: durante el rodaje, erró en la mítica frase «me llamo Bond…, James Bond».
El actor reconoce en la revista «Entertainment Weekly» que «me odian. No piensan que sea bueno para el papel. Es tan simple como eso», matiza mientras admite que sabe perfectamente lo que tienen los «fans» en su contra. «Si fuese a internet y empezase a mirar lo que la gente dice de mí -lo cual he hecho-, me volvería loco».
Al anuncio de la elección de Craig como nuevo espía el pasado 2005 le siguió la controversia ya que muchos preferirían a Pierce Brosnan, el Bond anterior, de 1995 a 2002.
Las dudas vienen, tiene una falta de credibilidad que asusta, porque no se le ve capaz de salvar al mundo sin despeinarse como Roger Moore, aquel sofisticado caballero perfecto que hizo de James de 1973 a 1985.
También les cuesta imaginarle terminando con sus enemigos mientras seduce a las espías guapas que tienen como misión acabar con la vida del británico. Ninguno como Sean Connery, el primer agente 007, que estuvo de 1962 a 1967, en 1971 y en 1983 al servicio de Su Majestad la Reina de Inglaterra.
Ahora después de los logros conseguidos sobre la igualdad de la mujer, el aire machista de Sean Connery tendría que cambiar un poco. Craig está en ello, pero casi todo el mundo piensa que le falta fuste para encarnar a un personaje de esta envergadura.
