¿Empezar a purgar sus excesos como figura archiconocida del mundo del espectáculo? ¿Un cambio de actitud respecto al Tom Cruise de los últimos tiempos, el que no para de proferir besos (incluido Steven Spielberg) y achuchones a Katie Holmes, el que en mitad de un programa de TV dio saltos en un sofá y el que ha sido despedido sin contemplaciones de la todopoderosa Paramount?
¿O es que la paternidad ha cambiado su forma de ser? A la espera de saber las coordenadas que seguirá en sus futuras apariciones públicas, el protagonista de la saga de «Misión Imposible» ha dejado a un lado los egos propios de una estrella de cine para ir a casa de Brooke Shields y disculparse en persona por haber criticado él que la actriz hubiera tomado antidepresivos durante su embarazo.
«Vino hasta mi casa y se disculpó de corazón. Me impresionó mucho porque estaba realmente apenado», contó Shields -que aceptó la disculpa- en el programa de televisión «Tonight Show» de Jay Leno.
