La cantante Isabel Pantoja llegó a las 11:10 horas de hoy a la prisión provincial de Jaén para visitar a su todavía pareja sentimental Julián Muñoz, que este viernes celebra su 58 cumpleaños.
La tonadillera llegó a la cárcel a bordo de su todoterreno y sin hacer ningún tipo de declaración a los medios de comunicación allí congregados, entró en el centro penitenciario, donde tendrá que pasar un control rutinario de 45 minutos antes de poder reencontrarse con su amor.
Cuando la Pantoja ha llegado a la prisión allí se encontraban las dos hermanas de Muñoz, que han abandonado el recinto minutos después de aparecer Isabel.
La presencia de Pantoja en la prisión es la segunda en todo el tiempo que lleva entre rejas Muñoz. A pesar de la distancia, la pareja habla casi a diario por teléfono y en esas conversaciones los cercanos a Isabel me aseguran que Muñoz niega todas las acusaciones y que le insiste a su «gitana» que todo es mentira (de todas formas, si lo dicho fuese lo contrario tampoco lo contarían).
Lo que sí es verdad es que, tras el comunicado de Isabel, las que montaron en cólera fueron justamente las hermanas de Julián Muñoz, que no estaban nada contentas con la manera en que la tonadillera se desmarcaba de los presuntos chanchullos de su novio con su ex y avisaba a navegantes que ella era una víctima. Para las que podían ser sus cuñadas, esa manera de presentarse como una mujer engañada que ha estado dando de comer a su novio ha sido un golpe con el que no contaban.
La tensión se palpa y la historia no promete un final feliz, puesto que si hay algo que no perdona la Pantoja es la mentira. Por otras mentiras menos graves rompió relaciones anteriores.